martes, 12 de febrero de 2019

Las trampas de trabajar para empresas en México. El trabajador siempre es insignificante.

Había una vacante que sonaba demasiado bien anunciada fuera de mi escuela, necesitaban estudiantes de Medicina Veterinaria para trabajar en Petco viernes, sábado y domingo, pagaban bastante bien por simples tres días. Así que tomé el teléfono y marqué el número presentandome, en menos de 3 horas tenía un nuevo empleo. Mandé mi curriculum, mis datos, me di de alta en el SAT, hice esas cosas que uno hace cuando crece. 

Sentía que la oportunidad que se me brindaba era la mejor del mundo. Me presenté en tienda para mi primer viernes después de recibir un sin fin de llamadas, me incluyeron en numerosos grupos de Whats app para poder mantener el contacto con los "jefes", que quien sabe quien rayos eran, un montón de personas invisibles que jamás dieron la cara, supuestamente se encargaban de dirigirnos por parte de Grupo Cepron y por parte de la marca Tier de alimento para perro, lo cierto es que de control no tenían ni un gramo, todo era un caos, nadie se comunicaba con nadie, nadie nunca estaba enterado de nada, pero llegaremos a eso después.

El día de mi contratación fui muy clara, yo soy estudiante, están pidiendo estudiantes para la vacante y tienen que saber que tengo una escuela con la cuál cumplir, yo no puedo cambiar los horarios de la escuela, pero estoy dispuesta a acoplarme con ustedes para cumplir con el tiempo requerido, así tenga que trabajar más días. Se hizo el trato, trabajaría 10 horas viernes y sábado y 4 el domingo, ellos lo llamaban permiso especial, yo lo llamaba colaborar con el trabajador, he ahí la diferencia de perspectivas. Ellos creen hacerme un favor mientras yo creo que nos ayudamos entre todos. 

En fin, me presenté en la tienda y vaya la sorpresa que nadie me ha dicho que es lo que tengo que hacer, básicamente tengo que ingeniarmelas hasta para saber dónde poner mis cosas. Era la primera vez que trabajaba en tienda de autoservicio, por lo tanto creía que era una única cuestión de pararse, sonreír y atender al cliente lo mejor que se pudiera. El trabajo era así de sencillo pero incluía ciertos detalles más como hacer un inventario y limpiar un mueble bastante empolvado que seguramente no limpian el resto de la semana.

El primer fin de semana que pasé ahí fue agotador, me dolían las piernas más que nunca, ni siquiera bailando toda la noche se me habían cansado tanto, me urgían unos zapatos nuevos mil veces más cómodos. Me topé con el primer reto al recibir una agresión por parte de la antigua subgerente, que por suerte se fue de la tienda poco después de mi ingreso. Ésta era una mujer amargada, llena de malas caras y palabras desagradables, propiamente se podría decir que no me hizo nada, simplemente me habló con desdén y podría jurar que hasta con asco, VAYA EJEMPLO DE SERVICIO. Siempre he creído que ante todo tienes que ser amable con la gente. Como dije anteriormente, era la primera vez que trabajaba en un lugar de ese tipo, así que por unos pequeños instantes me senté en uno de los banquitos de entrenamiento y como si hubiera insultado gravemente a su madre, la señorita bruscamente me dice que no tengo derecho de sentarme, que tengo que estar parada y que deje ese banco en entrenamiento, ni siquiera supe qué contestar, tome el banco sonreí y lo dejé en entrenamiento. Unas horas después me encerré en el baño a sentarme en el suelo y llorar.

Incidentes como este tuve pocos, al menos que me dijeron. Petco es una tienda llena de chismes, intrigas, apuñaladas por la espalda y bueno, quisiera pensar que no todos los ambientes de trabajo son tan viles. Lo peor de todo es que aún extraño trabajar ahí.

Los siguientes fines de semana fueron mucho más amenos, mi cuerpo se acostumbró a estar tantas horas parada y logré disfrutar aún más mi trabajo, mis clientes eran mi ilusión y sus mascotas aún más, me encantaba atender a la gente, asistirla con lo que necesitara, aconsejarla sobre qué producto era mejor para su mascota, básicamente amaba mi trabajo. Cómo no amarlo? podía informar a la gente sobre lo que le convenía a su mascota, veía animales de todo tipo todo el tiempo, me sentí por primera vez en mucho tiempo en un grupo social en el que por unos momentos no me sentía rechazada, vendía un buen alimento para perro, ganaba buen dinero y bueno mi vida empezaba a pintar demasiado bien, pronto podría empezar a ahorrar de nuevo y haciendo algo que me encantaba hacer.

Trabajando ahí me di cuenta de muchas cosas, sobretodo del manejo de los animales, constantemente se perdían, se enfermaban, escapaban o en su defecto se morían, a cada rato algo pasaba, eran demasiadas coincidencias, la administración gerencial no era la mas adecuada. En fin la gerente de Petco Zoo es algo nueva en el trabajo y creí prudente ayudarla a que todo mejorara, no me gusta ver a la gente en problemas, ni siquiera a mis enemigos, así que si veía algo que no me gustara inmediatamente se lo hacía saber a ella, confidencialmente, nadie tiene que enterarse de algún desperfecto insignificante que podía rápidamente corregirse, por qué si puedo evitar que la sancionen o que pierda su trabajo no hacerlo?

En fin, hablaré de eso más tarde. El primer fin de semana que estuve ahí, subí las ventas de mi marca y de repente había vendido 17,000 pesos de la nada, la amargada de la subgerente me felicitó y los números después de eso siguieron subiendo, lo sé porque constantemente me lo decían y bueno, durante esos tres días hacía un inventario diario y cada fin de semana reportaba más y más bultos vendidos.

Para mi desgracia, no era la única promotora de marca de alimento que trabajaba en la tienda, digo esto porque realmente a mi no me importa la competencia, soy una persona centrada, si me van a ganar simplemente me concentro en ser la mejor que pueda y ya. Como dije mis ventas empezaron a subir, llegué al punto de ser una de las marcas más vendidas de la tienda, me daba orgullo que los clientes regresaran específicamente conmigo para pedirme consejos o simplemente volver a comprar otro costal de alimento. Esto por supuesto a las otras vendedoras no les parecía en lo absoluto, mientras yo me la pasaba moviendome por toda la tienda, ellas se quedaban conglomeradas en un espacio revisando su celular y luego quejándose por supuesto que yo les bajaba los clientes.

Me la pasaba por toda la tienda, no había límite, caminaba por sus pasillos o me quedaba en la entrada a veces conversando con la guardia, que si algo bueno me puedo quedar de esta experiencia son las personas que conocí, que ahora considero amigos. Así que las promotoras se quejaban en gerencia de infinidad de cosas que jamás se dignaron en decirme a la cara por supuesto, ni gerencia ni las promotoras, simplemente dejaron que se acumulara una pila de chismes y se lo dejaron caer a quien le tocara.

De repente la gerente de perro y gato se la pasaba detrás de mi como si no cumpliera con mis metas de venta, que no sólo vendía mi alimento, los clientes se iban con un sin fin de artículos de la tienda que no tenían pensado en comprar desde un principio por supuesto sin engañarlos, simplemente eran cosas que desconocían que podían ayudarlos a facilitar las vidas de ellos como dueños y de las mascotas. Entonces me presionaba y se portaba demasiado estricta conmigo, mientras que yo veía que a las otras que no hacían nada de nada, ahí las dejaba, sin hacer nada, sin presionarlas, en su mediocridad.

Como mencioné antes, Petco Plaza Mayor es un lugar lleno de chismes, es como un Big brother y una novela mexicana llena de muchos villanos. Todo el tiempo que estuve ahí, que no fue mucho me mantuve con la mentalidad de que seguramente mi trabajo hablaría por mi y que no me dejaría guiar por chismes de primaria, supongo que me equivoqué al pensar que habla más lo que haces que lo que dice de ti la gente.

Me llegué a enterar de que gerencia tenía quejas sobre mi siempre por terceras personas, siempre me he considerado una persona con la que se puede hablar de frente y claro y me pueden decir casi lo que sea, lo tomaré como viene. Me molestó bastante que jamás, NUNCA, se me dio la oportunidad de defenderme frente a dichos chismes, simplemente se asumió que eran verdad y sin saberlo me caían las consecuencias de sorpresa, se daba por hecho como si fueran una verdad absoluta y comenzaron a sabotear algo que realmente hacía con ganas y esfuerzo.

Creo que ese es un gran problema de los patrones y de México, no entienden que un trabajador feliz produce más y por lo tanto tú como patrón o empresa ganas más con ese trabajador feliz, de cierto modo llegué a sentir que mientras más alegría quería demostrar en lo que hacía, más querían callarme y mantenerme a raya, desanimarme.

En fin, me empecé a separar cada vez más de la vista de las otras promotoras, porque nada más estaban pendiente de mis movimientos, en lugar de ponerse a vender los alimentos que estaban ya por caducarseles. Así que empecé a pasearme más por mi zona favorita, Petco Zoo, los animales son mi pasión. La gerente de esa área me empezó a encargar favores y yo con mil de gusto lo hacía. Algo horrible de una tienda como esas es que si no hay clientes, no hay mucho que hacer, entonces yo me aburría muchísimo, sobre todo después de navidad y año nuevo, la tienda era un desierto.

Así pues, me ponía a ayudarle en las tareas que ella y su equipo no alcanzaban a terminar y pues entre todos hacíamos algo. Estaban por tener como tres revisiones corporativas y andaban al full de trabajo y yo sin nada que hacer pues por qué no, así que de arriba para abajo, le ayudé a introducir unos agapornis a sus jaulas en wellness, le reporté que los cuyos tenían sarna, le dije que no moviera a una hámster que les parió porque se comería a las crías (es totalmente cierto), le reporté cuando los hurones mostraron alergia a la arena de gato que les habían puesto para que defecaran, les ayudé a buscar (sin mucho éxito) a las 2 serpientes que perdieron en la tienda, etc, etc. Siendo humana siempre cometeré el error de perder el piso a veces y olvidar que en el trabajo no hay amigos, solo colegas y compañeros y tristemente creí que podría confiar con la amistad de muchas de las personas de esa tienda y la verdad es que me vi traicionada una y otra vez hasta que lograron que perdiera mi trabajo.

Quizá no estaba permitido y nunca debió de haber pasado, pero la misma gerente de la zona zoo, me dejaba jugar con los hurones y que interactuara constantemente con ellos, casi tanto como para que me encariñara con ellos y ahí fue donde se dió el principio de mi fin.

Al leer todo esto no creerán la razón tan absurda por la que me quitaron mi trabajo y mi sustento y quizá hasta se indignen como yo y no lo comprendan, por desgracia yo como empleada soy la última en la cadena y no tengo la más mínima importancia para ninguna de las empresas, ni para Petco, ni para Grupo Cepron ni para la marca Tiër menos que un peón desechable.

Uno de esos días en los que me ocuparon, me puse a ayudarles a los de zoo a atender a los clientes, que vaya que ellos si estaban cargados de gente. El chico encargado estaba enfermo así que no podía tocar a los hurones, era el único ahí aparte de mi, así que me pidió ayuda con los animales y pues la verdad es que encantada lo hice, se los mostré a una cliente y uno de los de grooming (que nomás andaba viendo a ver en qué se metía) se nos quedó viendo y empezó a molestar a mi compañero sin siquiera preguntarle acerca de la situación. Guardamos a los animales y seguimos el día normal, hasta que llegó la hora de mi salida y me sorprende una llamada de la gerente de zoo, preguntándome que por qué había puesto a los hurones en el piso, se imaginaran mi sorpresa, de verdad que no lo podía creer, así que hable con ella le conté lo que pasó y según ella todo estaba bien y no pasaba nada, nos creía tanto a mi compañero como a mi. 

Esto pasó un sábado, el domingo me hablan a gerencia y están la gerente, el nuevo subgerente (que tenía como dos días ahí) y la de perro y gato, empieza a hablar conmigo muy amable la gerente y me pide de favor que para evitar cualquier cosa que mejor no vuelva a agarrar a los animales, entiendo perfectamente la situación con tanto chisme la tienda puede quedar mal no? así que asiento y continuo con mi día. Ese fue el último día que me presenté a trabajar en esa tienda, jamás hablaron conmigo para corregirme o decirme que algo estaba haciendo mal, jamás me dijeron que lo que hacía no se podía, jamás me llamaron la atención de ninguna manera, todo por la espalda, de un lado me dicen que están contentísimos con mi trabajo y a mi espalda le dicen otra cosa a la agencia.

El fin de semana anterior a ese la gerente de perro y gato, había estado todo el sábado por toda la tienda tras de mi queriendo ver si fallaba en algo (cosa que no pasó), mis compañeros de piso se dieron cuenta que incluso estaba siendo como hostigante y se lo comentaron, así como de: Oye te estás pasando, es la única que hace algo y no dejas de presionarla. Al día siguiente habló conmigo, me dijo que era de sus favoritas porque mis ventas habían crecido increíblemente, que estaba muy contenta con mi trabajo y que no pensara jamás que ella me odiaba, que ella me consideraba una de las mejores y mi mueble antes de mi era un mueble empolvado y ovidado que nadie le hacía caso, que desde que yo había llegado era una de las marcas más vendidas de la tienda.

Después del incidente de los hurones recibo una llamada por parte de Grupo Cepron en el que me informan que básicamente me van a despedir porque a gerencia simplemente se le dio la gana de que ya no me quieren en tienda porque puse a los hurones en el piso (dale con lo mismo) y pues que ni modo que luego me pasan los papeles para que firme la renuncia VOLUNTARIA!!!

Cabe mencionar algunos puntos:
  1. Se me dijo que el problema era únicamente con la tienda de Plaza Mayor y no con la marca ni con la agencia
  2. Nunca se comprobó realmente que en efecto puse a los animales en el piso, no vieron las cámaras, simplemente creyeron en un empleado mal informado que reportó algo que creyó haber visto
  3. Se me estaba despidiendo injustificadamente y querían que además firmara mi renuncia pacíficamente porque no me podían acomodar en la otra sucursal (nunca me dieron razones válidas)
  4. No me querían indemnizar por la injusticia (obviamente)
  5. La gente de la tienda (supongo disque para protegerse) me dijeron que ellos no pidieron mi cambio que sólo reportaron el incidente.
Ahora bien se me quitó el empleo, no fui a trabajar la siguiente semana y por supuesto no se me pagó, me eliminaron de los grupos y básicamente me ignoraron. Fui con mi mamá a la tienda con la cabeza en alto para comprar el alimento para mi gato (porque el inútil sólo come de la marca que vendía y sólo lo venden en petco) y le dijeron a mi agencia que fui a amenazarlos, en serio es el colmo.

La agencia me habla y empieza una discusión en la que me desespero y le digo a la mujer con la que estoy hablando, que legalmente me corresponden 3 meses de sueldo por un despido injustificado y que no hay pruebas en mi contra más que la palabra de alguien más, que en realidad no es razón suficiente para argumentar un despido y además jamás se presentaron en tienda a darme apoyo y ver si en efecto se justificaban sus razones. Ella al ver que no cedía con la indemnización y con el despido y al decirle que no pensaba firmar nada hasta que no me indemnizaran, mágicamente pudo colocarme en la otra tienda, con la condición de que no respetarían más el acuerdo escolar que tenía con ellos, (el viernes por supuesto no lo tengo libre y tengo clases). Qué hicieron estas personas "inteligentemente": nosotros estamos devolviendote el empleo, pero de tal manera que seas tú la que no puede cumplir y entonces legalmente te forzamos a renunciar, así que por mi último fin de semana de vacaciones me fui a la otra tienda.

Me deprimí, lloré y me sentí desesperada de que no vale la pena esforzarte por hacer las cosas bien, no vale que los clientes siempre se fueran con una sonrisa después de que los atendiera, nada vale, solamente vale lo que los otros digan y asuman que hiciste o que no hiciste y lo que en el momento según les convenga.

Ahora le está tocando a una compañera de veterinaria, Andrea, una de las de piso se atrevió a decirle que más le valía saber su lugar porque por eso me corrieron a mi, o sea en serio, cómo es que Petco y Grupo Gigante elige a sus empleados? qué clase de persona dice eso? En fin, así es como me quitaron mi trabajo de la nada, por un chisme que nunca se comprobó, por una puñalada en la espalda.

El último fin de semana me corrieron a mitad de mi turno el domigo (en la otra tienda). Estaba desganada y honestamente no vendí nada NADA, por dos razones, la principal es que aunque hubiera podido, ya no quería hacerlo y la otra es porque si hubo 15 clientes en todo el fin de semana fue demasiado. Desde la otra tienda se organizaron (en serio porque la hija de una de las promotoras de plaza trabajaba en la sucursal de stadium) y le dijeron al gerente que les habia bajado ventas... VENTAS QUE JAMÁS HICE, MI INVENTARIO ESTABA EXACTAMENTE IGUAL!!!

En fin, aún no me dan mi finiquito, me da mucha lástima que una tienda con tan buen concepto tenga gente tan basura y mal capacitada trabajando ahí, porque no es sólo lo que me hicieron, también son todos los accidentes con los animales, la mercancía que los mismos empleados roban, los alimentos que misteriosamente aparecen rasgados en fin, muchas cosas, espero se haga algo al respecto, para que nadie tenga que volver a pasar por lo que yo, una experiencia muy desagradable.

Cortana.