lunes, 28 de diciembre de 2015

En viajes separados... Parte 5, Un juego de niños... Soy la Capitana :)

No había empezado bien, papá se había molestado como siempre por nimiedades y canceló definitivamente los planes del día. Pensé que todo iría de mal en peor, que como era la costumbre, papá se molestaría con todos y nos mandaría por un tubo, nos apartaría y nos dejaría aún más solas en medio de la nada de lo que ya estábamos, al principio parecía que eso sería.

Así pues las chicas decidimos subir por las escaleras que van hacia el cielo al restaurante y tomar un poco de alimentos mañaneros para ahuyentar un poco el hambre de nuestros estómagos. Entonces subimos, aparentemente el desayuno estaba más rico de lo normal, había unos chilaquiles rojos que no enchilaban, pero estaban bastante buenos, con frijoles.

Después de desayunar bajamos a nuestra terracita y bueno, papá no estaba como era de esperarse, yo estaba comenzando a desesperarme, quería volver, la verdad es que no me gustaba estar en medio de la nada y menos en esas circunstancias.

Mamá insistió en que no me fuera al pueblo, así que de mala gana me quedé ahí en la terraza leyendo Asimov; terminé un cuento por cierto. Después de un rato de silencios incómodos, se escuchó la voz de papá, estaba en uno de los botecillos que renta la gente para remar por el río del lugar. Fuimos, traté de que mi mal genio no se notara, aparentemente las cosas habían mejorado, por lo tanto no quería empeorarlo ni dar motivo de ser de nuevo la causa de los problemas y las desgracias.

Invitó a mamá a pasear con él y se fueron por largo rato “al otro lado”. Era un lugar increíble, lleno de naturaleza y lejos de humanos que lo perturbaran, excepto tal vez nosotros por esta ocasión. Después de estar en “el otro lado” remaron rumbo a la cascada y a quien sabe cuántos lugares mágicos e insospechados. Yo decidí que una siesta sería de lo más oportuno en lo que volvían a la terraza y proponían algo que hacer.

Así sucedió, después de un rato, regresaron y papá sugirió que todas debíamos dar un paseo en el bote. Mamá no quiso participar esta vez. Tomé un remo y entré a mi barco, era la capitana gatuna de esa embarcación, mi tripulación dependía de mis comandos y mis remos. Entre papá y yo remamos, tomando rumbo hacia las cascadas, hasta que llegamos a un punto en el que el agua fluía tan fuerte que no nos dejaría avanzar más y nos quedamos en el mismo punto con vanos esfuerzos de continuar, hasta que nos dimos por vencidos y regresamos a explorar nuevos mundos.

Después del fracaso de aventura hacia la cascada, regresamos a tierra, recogimos un par de víveres, tripulación más fresca; mamá se nos unió, y remamos haca “el otro lado”, a explorar las tierras insospechadas, mi tripulación se amotinó, capturaron el barco y después de dejarnos a papá y a mí en esa pequeña islita, abandonaron a su capitana por un rato.

Papá y yo nos topamos con un río estancado y tierras jurásicas, llenas de helechos, de naturaleza y de lugares mágicos, llenos de oportunos lugares para fotos místicas y de espacios para tomar un baño delicioso después de días de navegar. Buscamos animales o alguna señal de vida, además de las plantas y el agua. Lo único que encontramos fue el sonido lejano de los pájaros que seguramente comentaban entre ellos, la leyenda de la capitana que ahora exploraba sus tierras. Miré sonriente hacia arriba, sabía lo que murmuraban esas aves, sus múltiples batallas con la espada, que no era por nada, pero era bastante hábil con ella.

Así pues continuamos caminando, encontramos una vereda y la exploramos, nada sospechoso, algunas lianas por aquí y por allá. Ninguna criatura existente por esas cumbres. Bajamos de nuevo y recorrimos el río, dimos con aguas estancadas, sin movimiento, algo muertas, las liberamos, el agua comenzó a correr, las hadas revolotearon, había magia, era como si hubiéramos destapado una prisión de haditas del bosque, todo comenzaba a brotar y a cobrar más vida aún y el agua, comenzaba a oxigenarse, lista para lo que viniera.

Pequeños subestanquitos se llenaban con ímpetu. Después de arduos trabajos en ese paraíso, dimos con el lugar, las pequeñas haditas del bosque, en agradecimiento por haberlas liberado de su prisión, nos guiaron hasta allí, un paraíso de cascaditas, indescriptible, con aguas cristalinas, un agua deliciosa para tomar un baño y refrescarse de los trabajos de capitana. Papá no lo pensó dos veces y se tiró un clavado…
-Aah! Está helada, ven entra un rato aunque sea.

        La verdad era que no podía ingresar al agua si estaba muy fría, mis oídos sufrirían el percance y posteriormente me daría migraña, pero no me perdía de la vista por nada del mundo, me quedé tentada de saltar y sumergirme en el agua.

        Después los marinos regresaron por su capitana, y dos de ellos se bajaron. Mis hermanas tenían que ver la maravilla que las haditas nos habían mostrado y por supuesto tenían que observar la laboriosa obra de su capitana en el río. Llegamos y encontramos ciertos desperfectos, que fueron arreglados por todas y el agua siguió entonces su curso. No se maravillaron como lo hubiera esperado, pero no importa, la experiencia a mí nadie me la quita.

        Remamos de nuevo a tierra firme y nos asentamos en nuestra isla. Tomé una bebida de las que preparan aquí, estaba bastante buena y un poco de botana también.

        Mis hermanas tomaron un baño y después nos encaminamos al pueblo a tomar un poco de alimentos, de nuevo al lugar al que habíamos ido ayer, unas exquisitas enchiladas verdes con frijoles, ensalada de lechuga y tortillas, obvio no falta la cebolla.

        Volvimos al ciber – café de ayer, esta vez pedí un Mocha caliente, fue una excelente decisión. Tuve una encantadora oportunidad de conversar de nuevo con Emanuel, me dio mucha emoción. Me la estoy pasando muy padre, ha sido un viaje con algunas sorpresas, aunque me hace falta mi compañero principal de aventuras y mejor amigo, cuando dejamos de conversar se me botaron unas pequeñas lagrimitas; de nuevo. Parece ser que le está yendo bien, hará un “Secret Santa”, con lo que yo los amo, lo envidio poquito. No faltó la cursilería claro está. Después de charlar por quizá una hora, nos despedimos y me tuve que marchar.

        El día fue inesperadamente extraño. Divertido, lleno de imaginación y viajes, me hace feliz pensar e imaginar que algún día Emanuel y yo vendremos a este mismo paraíso y entonces jugaremos juntos, imaginaremos juntos y conquistaremos juntos y quizá después también con nuestras pequeñas gatitas.

To be continued…


Cortana!

En viajes separados... Parte 4 El paraíso de los gatos

Amanecí un poco más descansada y pese a lo que uno normalmente esperaría de mi desperté a eso de las 9 o diez, la verdad es que no sabría decir, no revisé el reloj hasta que dieron las 11 y ya llevaba quien sabe cuánto rato despierta.

Mamá y papá bajaron al pueblo a comer menudo, a mi particularmente no me gusta. De ahí mismo donde desayunaron nos trajeron unas quesadillas, me costó bastante trabajo comer la segunda, puesto que tengo los brackets y es bastante incómodo.

Aun así, un par de quesadillas no eran suficiente alimento y tenía la sensación de querer comer más. Mis hermanas concordaban conmigo, así que decidimos que iríamos al restaurante del hotel a ver si había algo interesante en el menú para comer. A mí se me habían antojado unas crepas, pero al parecer sólo están en el menú de la comida. Así que comí un poco de pan, jugo de naranja y “chocomilk”.

Fue un día bastante extraño, al principio pintaba a ser aburrido y sin chiste, un montón de personas tiradas en el pasto sin nada que hacer, una leyendo, otra jugando con el agua, otra dormida en el pasto, en fin. Me quedé un rato leyendo Asimov, también me quedé mirando hacia el paraíso de en frente imaginando incontables historias, en las que figuraban un Jaguar y muchas aves.

Fue entonces que papá lo propuso, teníamos el plan de ir a una granja de peces, eso era bastante interesante, las había estudiado el semestre anterior, fue bastante gracioso para mi llegar ahí puesto que en realidad jamás pensé que haría uso de los conocimientos de esa clase, que se podría decir que se consideraba como una terrible pérdida de tiempo, por varios factores claro está, no solamente porque no es una clase muy aplicada en mi ciudad o en general en la vida.

Nos dispusimos pues a la granja. Unos minutos de carretera y un camino escondido, hectáreas y hectáreas de Cañaverales, de pastos gigantes con pincelitos en las puntas, decorando los campos con su color rosita. Los pocos árboles que quedaban de lo que alguna vez fue la selva en la huasteca, se elevaban; no mucho, tratando de tocar el cielo y de sobrevivir al ser humano, como todo en este planeta.

Al entrar al camino, unos minutos después, nos topamos con una puerta azul, compuesta de metal y madera, con arreglos rudimentarios para que no se estampara nunca y para que las vaquillas que ahí vivían no fueran a escapar a la carretera o a los cañaverales en su defecto.

Al llegar hicimos un poco de coraje porque habían unas, digámosles criaturas, incultas, estúpidas, sin cerebro, humanos, como último insulto, de esos que aman matar a sangre fría y que no saben en lo absoluto lo que es la compasión y pues seguramente no tienen educación y escuchan música banda. Me disgusta ese tipo de personas, quisiera hacerles precisamente lo mismo que ellos hacen, meterlos en un bosque y cazarlos, apuntarles con mi sniper o con mi DMR o cualquier arma, incluso un revólver y hacerles saber que su vida está en mis manos, justo como ellos hacen con los animales a los que atormentan.

Es muy raro, porque estoy a favor de la cacería siempre que sea para consumo propio, que sea porque es necesario, para alimentarte o para defensa personal incluso, el asesinato en sí, no lo tolero en lo más mínimo. Esa saña de llegar y decir, lo maté porque quise, por diversión, por deporte, porque se vería bonito en mi pared, me purga el alma, eso sólo habla de bestias inmundas, retrógradas, medievales que no tienen una pizca de cerebro, justo como los toreros y los que van a las corridas de toros, es muy simple, el que mata, ya sea a un animal o a una persona, incluso un árbol, con la intención de simplemente matarlo, es un ASESINO, no hay de otra, son asesinos y deberían ser erradicados de la sociedad.

En fin, El lugar era un rancho bastante grande, con varios estanques, en medio de la nada y rodeado de selva, cañaverales, animales diversos y millones de árboles, era como un pequeño paraíso.
                              
Al descender del auto, nos topamos con dos mininos, unos pequeñitos peludos que eran demasiado amables, no tenían mucho la actitud normal de un gato, eran dos gatitas. Una gris con franjitas y una blanquita de ojos azules.
Mamá se topó con unos gallos kikiriki, de pelea, que decidieron que su bota era su peor enemiga y le echaban pleito feroz, como si su vida dependiera de ello, fue bastante gracioso. Recorrimos el lugar y observamos los estanques, que ya casi estaban vacíos, recordé más cosas de las que esperaba recordar sobre la producción de peces y el mantenimiento de los estanques. Llegaron unos compradores y sacaron bastantes peces del río y de los estanques, papá decidió contratarse y ayudarles a los señores a cargarse de peces. Mientras todos estaban en sus labores y las mujeres estábamos perdiendo el tiempo en observar el panorama, encontramos una gatita más, una chica peludita. La gatita decidió que era material para ser su amiga y me siguió bastante rato para todos lados, hasta que se cansó y se echó a acicalarse.

El dueño del rancho, nos recibió bastante bien y platicó bastante rato con nosotros, muy amable y compartiendo con nosotros su desdén por la cacería y la mata innecesaria de animales. Estábamos muy tranquilos cuando de repente un águila se posó en un árbol no muy lejano de donde nos encontrábamos, observó por varias horas desde su puesto de vigilancia, no le quitaba de encima los ojos a los estanques. Resulta que todos los días llegaba y robaba un pez, pareciera como si fuera una cuota diaria que el señor debía pagar por vivir ahí.

Después de un rato y de ver al águila hacer vanos intentos en tomar un pez, regresamos al auto y volvimos al pueblo, el señor nos ofreció volver cuando queramos y nos ofreció su casa, me parecía bastante honesto, no era la típica cortesía que tiene todo el mundo sólo porque sí .

Regresamos al pueblo, hacía algo de hambre, así que nos detuvimos en un pequeño restaurantito a comer, son las enchiladas más deliciosas que he comido en mucho tiempo, bastante rico, lo disfruté demasiado y eso que no tenía tanta hambre como hubiera esperado. Quizá sea que Emanuel de verdad desea comer algo verdaderamente picante, después de todos los fiascos de pseudochile que ha probado allá en el país lejano en el que se encontraba.

Emanuel… mi semblante cambió súbitamente, siempre está en mi mente, pero esta vez fue demasiado fuerte, Emanuel… Nadie había notado el cambio en mi expresión. Algo dentro de mí se quebró, dolía, hacía algunos días no sabía nada de él ni él de mí, me preocupara que no fuera a estar bien, que se la estuviera pasando mal, que se sintiera como yo me siento cada noche con las mismas ganas de llorar…
-A unas tres cuadras hay un ciber – café, ahí consumes algo y puedes hacer uso del internet…
-Muchas gracias.

        Mis ojos brillaron, era justo lo que necesitaba, un poco de internet, para poder hablar con mi amado. Quería saltar de la alegría pero debía guardar la compostura, no quería arruinar mi felicidad con algún desplante de mi padre y sus negativas.
-Podríamos ir, consumir algo y aprovechar un ratito, si me gustaría, sería lindo.-Dije con un poco de inseguridad pero con esperanza en mis pupilas.
-Tú sólo quieres ir al internet María José.- Dijo mi hermana menor con desdén y una cara de desprecio en el rostro.
-Y eso ¿A ti que te importa?, no te afecta ¿O sí?- Le dije  con el mismo desprecio. Molesta con la forma en la que había contestado ante mi petición, ¿Qué daño le hacía si quería o necesitaba el internet? ¿Cuál era su problema?

        Finalmente, terminamos de comer y después de pagar la cuenta, nos retiramos a una tienda de ropa para hombres justo en frente de la calle en la que nos encontrábamos. Particularmente me estaba aburriendo, pero me alegraba que mi padre se comprara cosas para él, normalmente gasta su dinero en sus autos y no se compra cosas verdaderamente a él…
-Aprovecha que estamos aquí y adelántate a la cafetería esa ahorita te alcanzamos nosotros, para que tengas más tiempo y puedas platicar más agusto.

        Mis ojos se iluminaron, recibí el dinero gustosa, mi otra hermana me acompañó, caminamos hasta el lugar. Era un establecimiento pequeño, con olor a palomitas y algo encerrado…
-Palomitas.- Era la clave del wi – fi. De repente, mi celular hizo ka-boom! Se llenó de notificaciones por todos lados, pero lo que más me importaba eran las de él, hacer aunque fuera un pequeño contacto y así sucedió, pude, aunque fuera por unos minutos, saber que estaba completamente bien y que como yo, el me extrañaba y le hacía falta.
-Nunca en la vida quiero separarme de ti pequeña niña…

Hasta que tuve que marcharme y decirle un vago pero amoroso “adiós mi amor, ya debo irme” y se acabó mi momento de internet.

Regresé al aislamiento de mi hotel…

To be continued…


Cortana!

viernes, 25 de diciembre de 2015

En viajes separados... Parte 3 Aprendiendo a conducir

La noche fue bastante incómoda, dormí hasta las 11 de la mañana, pensé que el despertar más tarde me garantizaría un poco de más descanso, pero estaba en un error. Me dolía el cuello y los hombros, como cuando haces mucho ejercicio o estás muy estresado. La cama en la que ahora estoy durmiendo, no es la más cómoda que hay, es muy dura e inexplicablemente toma la forma de mi cuerpo y como que lo aprisiona, así que me quedo en una misma posición toda la noche, no es nada bonito.

Cuando por fin logré despertar, me hallé de nuevo con esa sonrisa tonta, quería descubrir que sorpresas nos deparaban para el día de hoy, aunque en realidad no hubo mucho.

Nos dispusimos a caminar, estrené las sandalias que papá me había comprado ayer, las usé junto con el vestido morado, se veían muy lindas, hubiera deseado que Emanuel estuviera ahí para apreciarlas.

Caminamos y subimos de nuevo las escaleras, fue cuando descubrí que mis piernas estaban también un poco adoloridas, pero esas si son por ejercicio, no todos los días se suben y bajan escaleras con dirección al cielo y se vive para contarlo.

El desayuno fue algo sencillo y tranquilo, sin mayor aspaviento. Pedí una orden de quesadillas con frijoles negros y de tomar un “chocomilk” y un jugo de naranja. Me encanta desayunar con jugo de naranja, de las cosas que más disfruto en la vida son los jugos naturales, sobre todo de naranja y de mango.

Después de quedarnos un rato sentados en el restaurante, escuchando el agua caer y las conversaciones familiares, bajamos de nuevo para el hotel, por las mismas escaleras que ahora nos llevaban del cielo a la tierra, me sentía como Diosa griega con mis sandalias y bajando por las escaleras al mundo de los mortales.

Resulta que nos cambiaron de habitación, eso a mí, para nada me gustó el otro cuarto, no es tan bonito como el primero, aunque viendo sus lados positivos, el piso de madera no es tan móvil y crujiente, la vista es mejor y a la regadera le sale más agua. Aún así me hubiera encantado conservar el cuarto anterior.

Estuve un rato cavilando sobre qué debía hacer y decidí que era momento de retomar mi lectura con Asimov. Esos cuentos me estaban atrapando en su mundo de ficción y ciencia aeroespacial. Culpo a Emanuel de que algún día construya una nave y explore nuevos mundos.

Me recosté en la hamaca y dormité unos minutos, la nueva vista era bastante bonita, como dije era una de las cosas rescatables del lugar nuevo. Había árboles inmensos y gruesos, el río y en frente del río un pequeño paraíso selvático, que me hacía desear olvidarme del frío y nadar hasta allí. En esos pensamientos me encontraba cuando llegó mi hermana…
-Tienen que verla, es hermosa.- Como es costumbre en ella, se tocó la cara con ambas manos y puso esa cara de desesperación porque había encontrado algo maravilloso.- Ven papá tienes que tomarle fotos a la tortuga.- Mi papá es fotógrafo y mi hermana estudia diseño industrial, este semestre ella llevó fotografía y ahora es como una especie de clan de fotógrafos, a todos lados llevan sus cámaras.

        Me llené de curiosidad, sea lo que fuera, siempre que se ponía así era porque en efecto había hecho un gran descubrimiento y valía la pena apreciarlo. Entonces los seguí, iba a tan sólo unos pasos detrás de ellos, cuando todo giró a mí alrededor y un dolor punzante recorría mi tobillo, me había doblado el pie al caer en un pequeño desnivel que había en el piso. Me había mantenido en pie, pero me dolía tanto que decidí mejor dejarme caer en el piso y esperar a que se me calmara el dolor y a que no me hubiera esguinzado o algo peor. En efecto, sólo fue cosa del momento y después de que se me calmara pude caminar hasta donde estaba la dichosa tortuga.

        Por alguna extraña razón llegué a imaginar que la tortuga se encontraba accesible y podría acercarme a ella e incluso acariciarla, pero como era de esperarse, no era así. La tortuga estaba en medio del río tomando el Sol en una especie de islita que estaba ahí formada, se veía muy apaciguada y en paz, me dio risa. Tenía la sensación de que la tortuga sabía que era observada por ese grupo de humanos y nos devolvía la mirada analizándonos.

        Después de analizar a la tortuga, regresamos a la habitación, me quedé en la terraza sentada en una silla con vista hacia el río, imaginando que un jaguar pasaba con sus patotas por el claro y se humedecía la nariz con su enorme lengua de gatote, pero no fue así y quedó más en mi imaginación que en la expectativa de la realidad.

        Después de estar un rato mirando a la nada, callados y empezando quizá a aburrirnos, papá decide proponer ir al pueblo a buscar señales de vida. El pueblo, a diferencia del lugar en el que nos encontrábamos, era muy feo, algo sucio y lleno de tierra, nada pintoresco y por lo que hemos notado, a la gente no le gusta trabajar, siempre está cerrado todo o lo están cerrando a las 4 de la tarde.

        En fin, mientras íbamos en el pequeño tramo de carretera, papá propuso prestarme la camioneta para que manejara un poco, me senté en el asiento del piloto, acomodé el mismo a mi pequeño tamaño, ajusté mis cinturones y arranqué. El camino no es algo bonito tampoco, está asfaltado, pero es un camino sumamente irregular y es mucho más notorio cuando vas manejando y aún más cuando no sabes lo que estás haciendo y tu padre está corrigiéndote todo el tiempo para evitar accidentes. Sin embargo no fue una experiencia desagradable, hasta cierto punto, sentía que sabía lo que hacía y se sentía bastante natural, la verdad me muero de ganas de tener mi propio auto y poder moverme como quiera a donde quiera.

        No encontramos nada interesante en el pueblo y después de un rato de pasear sin rumbo en el auto, decidimos retornar al hotel. Llegamos y caminamos de nuevo hacia las escaleras que van al cielo, a pesar de que las hemos subido y bajado tanto y que sí llego a sentir un poco en mis piernas el ejercicio, contrario a lo que yo pensaría, aún no se me hacen complicadas de subir y casi no me quitan el aliento, lo cual es un alivio. Que por cierto, ahora que menciono esto, me llego a dar cuenta de que no traigo mi inhalador conmigo.

        Comí un rico fetuccini, como el del primer día sólo que esta vez acompañado de pollo, creo que el primero estaba más bueno, tomé una deliciosa coca y me puse toda gordita, lo cual fue extraño porque no había comido tanto.

        Como he dicho otros días, el hotel y el restaurante no están lejos uno del otro y al restaurante se puede llegar por dos entradas, una son las escaleras y la otra es la carretera. Mientras comíamos, el día iba perdiendo luminosidad y una vez que habíamos terminado, la noche nos había envuelto completamente. Las escaleras eran una idea mortal con la obscuridad que nos rodeaba, así que decidimos mejor tomar la carretera, que aunque era un poco más segura, también era bastante arriesgado. Por un lado se encontraba un precipicio y por el otro la carretera por la que regularmente pasaban camiones, llegamos a nuestro destino sanos y salvos.

        Por alguna razón me sentía muerta, así que apenas toqué mi cama caí en un sueño bastante profundo…

To be continued…


Cortana!

miércoles, 23 de diciembre de 2015

En viajes separados… Parte 2 Inexplicablemente feliz

Anoche soñé con él, fue extraño, la verdad es que no lo esperaba pero me ayudó a despertar con muchos más  ánimos de los que tenía antes de dormir. Resulta que por alguna extraña razón le habían dado una especie de permiso para regresar por dos días, entonces fui a su casa para estar con él y aprovechar la enorme oportunidad. Aparentemente en mi sueño estaba más de un semestre fuera, quizá un año. Entonces estábamos ahí y me enojaba con él porque me decía que sólo podríamos estar juntos unas horas, porque tenía que ir a un concurso de videojuegos o algo así una cosa sin importancia, pero que ya había quedado, me desesperaba porque era el único momento en que nos veríamos y había decidido hacer eso sin mí, ni siquiera me había invitado a que lo acompañara. Después, como que el entorno del sueño cambiaba, estábamos solos en su cuarto, acostados en su cama y abrazados, como hemos hecho miles de veces, platicando de trivialidades, los besos no faltaron, estaba feliz a su lado, me sentía segura, era algo que me faltaba desde hacía unos cuatro meses.

Entonces desperté y volví a la realidad, sin comunicaciones ni esperanzas de saber de él. Pero estaba mucho más animada, él y yo tenemos una conexión muy peculiar, somos capaces de sentir lo que el otro siente, aunque estemos a kilómetros de distancia. A veces, le digo que me duele un poco la cabeza y simplemente me contesta, ¡Con razón! Hace rato me dolía a mí, perdón, quizá se te haya pasado. A veces me siento muy triste y de la nada me manda un mensaje diciéndome que me quiere y que sonría, que no le gusta que me sienta triste, sin que yo, por supuesto le haya mencionado ni media palabra. Es entonces cuando supuse que su alegría era la que había influido en mi buen humor por la mañana.

El día estaba hermoso, algo frío y nublado, me gustan los días nublados; cuando no hace calor claro está. ¿Qué haría yo para no sentirme mal de la inevitable amenaza de incomunicación? Tomé mi teléfono celular y comencé a grabar algunos videos…
-Mira amor, éste lugar es maravilloso, tiene todos estos árboles y el río, que agua tan bonita tiene- Le hablé a la cámara- Te mando muchos besitos y recuerda que te amo con todo mi corazón.- Detuve mi grabación. Respiré profundo y sin poder evitarlo, de mi rostro se escapó una sonrisa.

        El hotel en el que nos estamos hospedando pertenece a mi tía, hermana de mi padre, nos han reservado una habitación muy bonita con vista a la alberca. El lugar está diseñado como si las habitaciones fueran pequeños departamentitos de dos pisos, fácilmente podría alguien vivir cómodamente aquí. Nos instalamos en una suite, en la parte de abajo del pequeño departamentito, el piso es de madera y rechina muy gracioso cuando caminas sobre él, en la parte de afuera de la habitación hay una pequeña terracita, con una hamaca y una mesita de jardín como sillitas, también hay un sillón de jardín, demasiado cómodo, dónde es más que delicioso tomar una siesta. En la terracita, hay unos barandales también de madera y todo está lleno de vegetación y jardínes gigantes, está precioso, he de agregar.

        Dentro de la habitación, los pisos también son de madera y hacen ese chirrido gracioso del que he hablado con anterioridad. Hay dos camas de piso y una litera con su escalerita de madera también. Yo decidí dormir en la parte de abajo, porque le tengo mucho miedo a las alturas. Algo que está precioso del cuarto es el armario, está pintado a mano con paisajes muy lindos, había otros que tenían animales, como guacamayas y esas cosas, eran verdaderas obras de arte.

        Para entrar al baño había dos puertas, una que estaba por fuera en la terraza y otra que estaba dentro de la habitación, el baño era también algo extraño, la regadera estaba abierta, tenía una cortina de baño, pero daba directamente a la intemperie y no estaba cubierta por nada, era como si tuviera una enorme ventana mirando hacia la naturaleza, aunque claro, como dije, estaba la cortina, que aparentemente te cubría del frío. En la regadera había también una pared de piedras, donde había piedras un poco salidas para poder colocar shampoo, jabón y las toallas, estaba también adornado muy bonito y todo era armonioso, excepto quizá el frío.

        Entonces fuimos a desayunar, el restaurante del hotel era también toda una travesía, tenía dos maneras de llegar a él, una era por una enorme escalinata que llegaba hasta el cielo y otra era por carretera y no se tardaban ni 3 minutos. Tomamos entonces el camino hacia el cielo. ¡Vaya que fue la decisión más oportuna! Como he insistido, el lugar está precioso, junto al río me topé con dos árboles de mango preciosos, enormes y muy frondosos, eran como un sueño para una amante de los árboles frutales, me paré bajo ellos y apunté la vista hacia arriba, ahí estaba una de las magias más grandes a mi gusto, las hojas de un árbol observadas desde abajo, recibiendo los cambios de la luz a través de las hojas verdes y los pequeños espacios de cielo que pueden observarse en las separaciones de las hojas. Ese par de árboles era perfecto y yo, había decido que Emanuel tenía que conocer ese paraíso, simplemente por ese par de árboles, porque reflejaban en parte, lo que éramos él y yo.


        Subí la escalinata con mucha precaución y algo de pánico, como dije antes, no soy muy fan de las alturas y esa escalera parecía ser tan alta como el mismísimo cielo, el río estaba compuesto por cascadas enormes y numerosas, la caída de agua no era única, habían varios estanquitos que posteriormente terminaban en pequeñas caídas para después unirse en una más grande, es difícil explicarlo con palabras, algo que los ojos en sí deben experimentar por sí solos.

        Tomé millones de fotos y unos cuantos videos más, quería que Emanuel viera la maravilla que mis ojos estaban captando, no importaba en qué momento pudiera enviarlo, él tenía que experimentarlo aunque fuera en video.

        Elefantín estuvo ahí también conmigo, sale en algunas tomas en las que se ha colado y es que quiere que papá vea lo bien que se la está pasando de vacaciones conmigo.
Elefantín
        Desayunamos y partimos a la cuidad, ya ahí estuvimos caminando horas, me gusta caminar, la ciudad no es bonita, al menos no la parte en la que estuvimos, no sé si el resto sea diferente. Sin embargo disfruté mucho de la caminata, repito, me gusta caminar. Mi padre me ha comprado unos huaraches muy lindos, de cuero, aparentemente hechos a mano con algunos colores, combinarán bien con un vestido que tengo.

        Después de las horas de caminar, decidió pues (mi padre), que sería prudente detenernos a una cafetería algo linda a descansar, aunque fueran unos minutos. Por gran suerte para mí había wi – fi, tardé más en configurarlo cuando mi celular se trabó de tantas notificaciones y ahí estaba lo que yo más esperaba, sus mensajes, algunas notas de voz, una imagen y un mensajito escrito.

        La verdad es que no pude contenerme y le marqué, allá en el país lejano en el que se encontraba, era bastante temprano o tarde, depende de la perspectiva, 2 de la madrugada, pero necesitaba escuchar su voz de nuevo, a pesar de tener esas notas de voz, yo quería escucharlo un poco más directo, decirme que me amaba y decirle yo también lo mismo y así sucedió.

        Fue un pequeño rato, pero con eso me bastó, al menos él ya sabía que no podríamos tener contacto y que no dejaba de pensar en él, así como, según las notas de voz él tampoco dejaba de pensar en mí. Me hace mucha falta, aunque me mantengo feliz y animada, pero la verdad es que después de hablar con él aunque fuera unos pocos minutos, me hizo soltar unas pequeñas lagrimitas y uno que otro sollozo.

        Subimos nuevamente a la camioneta para regresar al hotel, el camino era algo sinuoso y no había luces en la carretera, así que entre más temprano partiéramos mejor, la noche nos alcanzó de todos modos antes de llegar a nuestro destino. Llegamos al pueblo antes del hotel, papá nos llevó a comer unos tacos, que he de decir que estaban deliciosos. Ahí en el lugar habían unos limones naranjas, muy extraños por cierto. La salsa era extraña, pero deliciosa, en definitiva quisiera volver a ir a comer allí.

        Regresamos al hotel y tomé un baño. Es muy extraño, normalmente cuando hace frío y me estoy bañando, suelo llorar mucho y la verdad no lo soporto, el agua estaba calientita, deliciosa de hecho, pero el maldito ambiente estaba helado, a pesar de que la cortina estaba cerrada, como no hay pared ni ventana, entra el aire y Dios, no es nada bonito.

        Parece que mi día terminará con una sonrisa, a pesar de que sigue siendo muy difícil esta situación de no poder hablar con él, de tenerlo tan lejos de mí y de extrañarlo a morir, estoy siendo capaz de disfrutar las cosas que normalmente no disfrutaría en un viaje con mi familia, mi actitud es otra y no habrá nada que pueda arruinar mi alegría por vivir y compartirle mis momentos, aunque sea con unos videos tontos, del paisaje que mis ojos observan.

        Y sigo sonriendo…
Cortana got crazy

Continuará…

Cortana!




En viajes separados… Parte 1 No pude detener el tiempo

Había llegado el día del gran viaje, con destino a lo desconocido, que en su momento a mí no me apetecía experimentar. Había intentado todos los medios conocidos para aunque sea, retrasar el tiempo y evitar a toda costa el tan mencionado viaje, que mi familia ansiaba desde hacía unos meses.

4 meses atrás, con los mismos vanos intentos, quise evitar que él partiera. Me debatía en incomparables sentimientos; sentimientos encontrados que me tenían confundida y algo loca y es que ¡Maldita sea! Emanuel vete y ten una vida, pero no me dejes, te necesito. Esos pensamientos me acosaban al mismo tiempo, llegaban súbitamente y así como llegaba mi alegría y deseos para que a él le pasaran cosas buenas, también estaba la contraparte, no quería separarme 5 meses de él.

A pesar de mis múltiples intentos por detener el tiempo, el día llegó, 28 de Agosto del 2015, era viernes, estaba nerviosa, no sabía que sentir al respecto, mi estómago estaba algo revuelto, por lo que había decidido mejor no desayunar. Sentía una enorme emoción, una genuina felicidad por lo que había logrado el hombre que yo más amaba, pero como he mencionado anteriormente, sentimientos encontrados. Al mismo tiempo, sentía un vacío enorme en la boca del estómago, no quería que se fuera y a la vez, lo deseaba con el alma.

Ese día decidí no asistir a la escuela, había asuntos más importantes que atender, luego podría ponerme al corriente, no era como que me estuviera ausentando por una semana, nada por el estilo. Así pues, me desperté a una hora prudente y me encaminé a la estación de camiones donde sería la última vez que nos veríamos. No era algo bonito saber que era la última vez que tendríamos un contacto verdadero entre nosotros, hasta que con suerte él regresara 5 meses después.
-No pude detener el tiempo, no pude y ya te vas- Susurré entre sollozos, mientras lo abrazaba y lo apretaba con todas mis fuerzas. Mis ojos, por más que intenté evitarlo, soltaron unas gotitas diminutas de agua, que resbalaron por mis morenas mejillas.
-Tampoco podrás detener el tiempo después, volveré más pronto de lo que piensas, recuerda que estoy siempre contigo ok?- Me dijo él mientras me tocaba las mejillas con sus manos y con su pulgar limpiaba esas lagrimitas traviesas.

Así pues, subió al camión sin un retorno aparente, hasta el 25 de Enero del siguiente año. Pasaría todo un semestre lejos de mí…

Como les comentaba al inicio de esta historia, hice esfuerzos sobrehumanos nuevamente, para evitar el paso del tiempo y así poder disfrutar de la presencia digital de mi amado Emanuel. Una llamada diaria por la noche y un millón de mensajes por el día. El problema era que algo me decía que en el mentado viaje a San Luis, no habría señal ni manera alguna de poder comunicarme con el amor de mi vida, ya suficiente tenía con los 4 meses de ausencia que ya habían pasado, como para que también tuviese que lidiar con una semana sin saber absolutamente nada de él, era como un infierno.

Pero el día llegó y mis peores miedos se hicieron realidad, mientras más me acercaba a mi destino, menos señal tenía, en pleno siglo XXI y no podía usar mi celular en cualquier parte, aún en mi ciudad, me costaba a veces comunicarme con fluidez, lo peor es que mis padres habían escogido como destino el lugar más perdido y escondido de México para pasar la semana un lugar donde no había comunicación alguna con el mundo exterior, me sentía aislada completamente e indefensa, cómo podría comunicarle que me encontraba bien? O cómo iba a enterarme si cualquier cosa le pasaba a él? Lo peor eran mis padres, que no comprendían lo que significaba para mi estar tan aislada, lo cierto es que ellos nunca han estado separados del otro por más de dos semanas y siempre tienen como comunicarse, así que es un poco obvio que ellos no puedan comprender mi situación.

Al llegar al hotel, fue cuando todo se derrumbó, había empacado todo lo necesario para poder tener aunque fuera un poco de comunicación, aunque fuera una imagen, pero al llegar, todo estaba muerto, mi celular no tenía señal de internet ni de recepción telefónica y el hotel no contaba con servicio “wi-fi”.

Entré en pánico y por más que me propuse a no llorar, no pude contener más el agua acumulada en los ojos ni los sentimientos del corazón que parecían desbordárseme por las pestañas. Llegué a la habitación, era un lugar algo amplio, con dos camas King – size y dos literas; tomé la de abajo porque le tengo pánico a las alturas y ni siquiera deprimida subiría hasta allí, acomodé mis cosas y me eché a llorar en la que sería mi cama por los siguientes 6 días. Por más que quería, no podía hacer otra cosa que pensar en Emanuel, en que quizá estaría preocupado de no saber nada de mi por tanto tiempo, que no le dije lo suficiente que lo amaba, que me daba pánico que algo malo le sucediera a él y no pudiera enterarme siquiera. Estaba aterrorizada y llena de pánico, decidiendo no salir de ahí y planeando mi siguiente movimiento para acelerar el tiempo y regresar a casa, sentía cómo la depresión estaba tomando posesión de mi nuevamente. La cama estaba muy cómoda, llorar me había cansado y simplemente me dejé caer en un sueño casi necesario.

Después de lo que se sintió como una hora, desperté por el ruido de la familia, comenzaron con conversaciones ruidosas y risas, eventualmente me iban a levantar. Aún no despertaba bien y me sentía decaída, no comprendía el sentimiento hasta que de nuevo recordé que no tenía modo de saber de él, de escuchar su voz tras una nota o de leer sus mensajes tontos, mis ojos se humedecieron nuevamente. Pero había algo diferente, sólo era nostalgia, poco a poco empecé a despertar de mi ensimismamiento, mis hermanas comenzaron a hacer bromas y por más que intenté mantenerme seria y en mi posición quizá de huelga, me sacaron sorpresivamente una sonrisa bastante sincera, yo misma quedé sorprendida, no lo esperaba y volví a sonreír de mi propia sorpresa.

Me quedé en la cama ya despierta y comencé a leer los cuentos de Asimov, una de aquellas cosas que me hacían sentir cerca de mi amado, me puse mi pijama, (una de sus playeras, un pants y su sweater rojo). Fue cuando me paré por un vaso con agua que algo dentro de mí cambió, volví a sonreír, parecía una tonta con tanta sonrisa sin sentido, susurré su nombre…
-Emanuel, está bien, sé que no te gustaría saber que estoy así- Limpié las lágrimas de mi rostro- así que haré todo por estar bien, sonreír y disfrutar el viaje, veré la manera de avisarte que estoy bien y que te amo.

Lo sentí cerca de mí, sentí cómo me abrazaba y cómo me amaba, aún con tanta distancia y con tantas cosas que nos alejaban del otro, estábamos muy unidos, quizá más que nunca.

Y entonces todo cambió…

To be continued…


Cortana!

sábado, 5 de diciembre de 2015

Super cool chanel on youtube!!!! Videojuegos

What´s up guys for around the wolrd, here I present to you a really cool youtube chanel, where you can see some gameplays, mostly of Call of duty, Halo Master Chief Collection and Fallout... Don't miss it, this guy is really cool, so I will let you down the link for you to watch and have a great adventure with DOMINIC FENIX... bye bye!!

Que onda lectores de todo el mundo, aquí les dejo un canal de youtube super cool, donde pueden ver algunos gameplays, básicamente de Call of Duty, Halo Master Chief Collection y Fallout... No se lo pierdan, este chico es realmente cool, entonces les dejaré el link para que lo vean y se adentren en una aventura con DOMINIC FENIX... bye bye!!

Click aquí!!

viernes, 4 de diciembre de 2015

Un día menos, pero un día más...

¿Cómo le hago realmente para estar sin ti tanto tiempo? La verdad no tengo la respuesta a esa pregunta, creo que realmente no lo hago y entré en una especie de hibernación o algo similar.

La gente me pregunta constantemente, como es que resisto tanto tiempo sin tu compañía, sin ti básicamente, claro que para mi no es simplemente una ausencia de compañía y va mucho mas allá de eso. Me faltan conversaciones tontas mirándonos a los ojos, sin besos, sin que tomes mi mano, no es estar sin ti, es no tener para nada la posibilidad siquiera de poder cruzarme contigo en la calle como una bonita casualidad.

En fin, esto es muy difícil, la verdad es que a veces, cuando me siento más animada, tengo la sensación de que soy superpoderosa y todo lo puedo, pero no es cierto, día con día me confirmo a mi misma que no soy capaz de vivir sin mi mejor amigo.

Es cierto que hablamos y nos vemos todos los días, pero me falta tenerte, poder amarte. Me preguntan sobre relaciones a larga distancia, mi respuesta es simple, si de verdad se quieren si se puede, claro que se puede, es cierto que el amor rompe todas las barreras, no es cierto eso de que con el tiempo se olvidan, con el tiempo se enfría la relación, que con el tiempo terminan poniéndose el cuerno, eso sólo es cierto si la pareja lo permite, yo soy testigo de eso.

Cuando verdaderamente se está centrado en una meta y una visión, cuando de verdad se está comprometido como pareja y caminan juntos de la mano hacia un mismo fin, no hay nada que los pueda detener.

La verdad es que la única persona que puede impedir que ese camino continúe es alguien dentro de la pareja, así que si la relación no ha funcionado, ha sido simplemente por culpa de que alguno de los dos o los dos en su defecto, no se comprometieron con su relación.

No lo recomiendo, no es bonito, aunque es una prueba muy grande del amor que dos personas se tienen, no lo recomiendo y no me gustaría repetirlo. Me duele pensar que hay esposas que tienen a sus parejas en la guerra y no sólo no pueden interactuar con esa persona, además viven con el miedo de que en cualquier segundo puede desaparecer esa relación que han mantenido a flote con los años y con esfuerzos sobrenaturales.

Si me preguntan amor mío, sobre relaciones a larga distancia, bueno, diría que son sólo para personas centradas, para mejores amigos que se tengan plena confianza, sin embargo no lo recomiendo, es horrible, lloras mucho y a veces te sientes muy sol@, no es bonito, aunque bueno, supongo que debe ser increíble el reencuentro (es que aún no llego a esa parte) y quizá sólo por ese momento es que valga la pena intentarlo.

Estoy orgullosa de la decisión que tomé al emprender esta aventura contigo, no me arrepiento, aunque espero no tener que repetirla y en casos nuevos, viajar a tu lado. Sé que todo ha valido la pena, aunque ha sido demasiado difícil. 

Estoy orgullosa de poder demostrar con actos, que somos mejores que el resto del mundo y que no hay dificultad que destruya una verdadera amistad ni mucho menos un verdadero amor.

Así que John amor mío, hoy te digo que aunque muero de tristeza, a la vez muero de alegría, que aunque desespero y lloro, la ansiedad me carcome porque ya quiero volver a verte de nuevo, tocarte, amarte, mirarte y perderme en esos ojos marrones tan intensos que tienes. Hoy te digo que es un día menos, aunque también es un día mas....

Te extraña...

Cortana.