jueves, 26 de septiembre de 2013

En un recuento de memorias pasadas, sonrío y la verdad es que he vivido intensamente y amo con locura. Me siento plena.

En la oscuridad de la noche se esconden todos esos deseos por cumplir y persiguiendolos me introduzco en el mundo de maravillas de mi cerebro. ¡Ah, como me encanta vagar por mi mente!

Me detengo analizando los dolores que he sufrido y sonrío de nuevo. Pruebas viejas, superadas. Todo me hace lo que hoy soy.

He caído muchas veces en la monotonía, pero luego me recupero y vuelvo a mi buen camino. Soy libre. Estoy enamorada también.

Soy un ente multifacético, multicolor, con sonrisas y matices, inexplicablemente complicados o quizá es sólo mi percepción, sólo pocos los descubren y sólo uno los ha visto todos.

Estoy en éste momento en el limbo del deseo. Grito. Rio. Sigo mis instintos.

Mi locura ni yo la entiendo, es simplemente mi estado natural, me importa poco lo que otros piensen, cuando me llega a preocupar, muchos quieren aprovechar. No soy juguete de nadie.

¡Shhhh! Silencio. Algo ronca en mi interior, mi pequeño gatito salvaje. ¡Te advierto! ¡NO LO DESPIERTES! A nadie le gustarán las cosecuencias de un desacato a la orden anterior, mientras él duerma, todo estará bien, no tientes al destino.

Noche. Viento. Silencio. Estrellas.

Estoy perdida en mis memorias y no doy mucha cuenta del mundo exterior. Dentro de mi hay caos y a la vez hay paz. Torbellinos multicolores que esperan por salir y un corazón vivo que late con mucho fulgor.

Así soy yo, llena de matices y colores, un caos. Un oasis de pasiones ocultas, uno de otras no tan ocultas.

Mezcla de todo y de nada, pasiones, poemas. ¡HAY TANTO EN MI CABEZA!

Mi carrera llena una parte de mi alma, los animales me llaman.

¡Voy a ser mamá! Sonrío, aunque sólo por 2 meses. Se llenan mis ojos de aguas saladas. Ríos de mares. Felicidad.

Quiero verle. Quiero mirarle. Quiero besarle. Quiero tocarle. Quiero amarle.

Mi mente sigue siendo un caos. Estoy tan exaltada, emocionada que en éste preciso instante podría soltar una gran carcajada. Me siento plena.

Me siento infinita.

Kaori.

*La última frase es tomada de la película "The perks of being a wallflower", sin afán de hacer mal uso de los derechos de autor.

martes, 24 de septiembre de 2013

Respiro ... Sigo aquí


Respiro profundamente tratando de tener la mayor cantidad de paciencia posible. Cierro los ojos y sigo respirando. Se escuchan voces molestas a lo lejos, yo sigo aquí.

La clase continúa, el maestro habla dando rodeos y se aprecian algunos bostezos de los alumnos, yo escribo.

El viento entra por las ventanas y mientras unos se cobijan con sus chamarras yo sigo perdida en mis recuerdos, respirando profundamente y percibiendo mil aromas.

Un perfume, olor a lluvia, tierra mojada, el aire, con lo puro que se pueda respirar en la ciudad. Y su recuerdo, respiro su recuerdo.

Sigo escribiendo, sigo pensando y mientras tanto me pregunto si estará igual que yo respirando tan pausadamente, respirando recuerdos.

Ciertos aromas percibidos que me transportan en el tiempo por medio de mis memorias, son aquellos que realmente amo, el aroma de tu cuerpo, el aroma de tu cabello ¡Ah como me encanta tu cabello!

La clase continúa y yo sigo simplemente respirando. Así pasa la mayoría de la vida.

Risas sin sentido que escucho atrás de mi y el profesor sigue hablando. Nadie hace caso.

Se me escapa un suspiro y un color rojo en mis mejillas, nadie lo nota, ni siquiera los que están a mi lado, me rio a susurros casi inaudibles, algunos se dan cuenta pero regresan a lo que estaban haciendo, otros simplemente me ignoran. No importa.

Sigo escuchendo, hay quien se ha desconectado completamente, algunos juegan con sus aparatos, otros conversan, hay quien duere y aquellos descarados que ríen abiertamente. Cierro los ojos, o más bien nunca los abrí.

Respiro nuevamente, recibo el aroma de la tinta y sigue su cuerpo presente. El mundo pasa. La vida pasa ¿Y yo? Yo sigo aquí. Continúo...


Kaori 

Soledad

Hacía un frío extraño y todo estaba muy callado, era obvio, me encontraba en la biblioteca de la escuela, se alcanzan a percibir alguno que otro ruido por ahí, el sonar de las teclas de las computadoras, los clicks del mouse y las hojas de los libros que los alumnos muy concentrados leen.

Se percibe un aroma a libro viejo ¡Como me encanta ese aroma! Como una droga lo respiro y saboreo. En una media hora se llevará a cabo el concurso de talentos de la escuela en general, asistiré, a ver cómo me va.

Suenan las teclas, el mouse y el viento. Me siento libre. Hay una señorita sentada a mi lado, se llama Soledad y me hace compañía de vez en cuando, sobretodo cuando no hay nadie, le encanta conversar conmigo y hacerme pensar.

Se escuchan las sillas recorrerse y entra el viento por los ventanales del edificio, elevo la vista y a lo lejos se alcanzan a apreciar algunos árboles y pajarillos, revoloteando sin que les mortifique nada.

Me enamora la naturaleza. Suspiro. Del otro lado hay más árboles ¿Acaso puede ser más perfecta mi universidad?

Me habla Soledad, no tienes amigos, están lejos. Guanajuato. Universidades externas. No hay tiempo. No los veo.

Quizá es lo único que me hace odiar la universidad, esa ausencia de amigos. Como quisiera que estuvieran conmigo y nos divirtiéramos como en el colegio superior, como quisiera verlos y sonreír con ellos. Me quedo callada. Pienso.

Se hace un poco tarde, no quiero dejar de escribir. Pasa el tiempo. Debo irme. El talento me llama...