El sol asomaba ya por encima y por debajo de las cortinas oscuras que cubrian la habitación y aunque el sol intentaba calentar la mañana, no subía a mas de 10 grados, la nieve lo cubría todo. Y María seguía dormida, acurrucada hecha bolita de su lado de la cama, con los brazos de aquél humano rodeandola y protegiendola.
El humano ya había despertado, una persona muy peculiar, única, inigualable. Había despertado como siempre a las 4:00 de la madrugada y había hecho sus quehaceres matutinos, ejercicio, algo de limpieza y preparar las cosas para que cuando fuera el momento preciso, llevarle el desayuno a la cama a ella.
Volvió a la cama a contemplarla, tan calmada, con su respiración pausada y serena, no aguantó un segundo más y besó su frente, ella no se inmutó siquiera, sólo sonrió en sueños.
Esperó a que el sol despuntara bien y despertó a María con un beso en los labios y el desayuno ya preparado y listo para ingerirlo, mango picado, un par de huevos fritos, con frijoles y pan tostado. Ella sonrió agradecida.
Terminando, María volvió a recostarse, eran las 7:00 de la mañana, era más que temprano, no es hora de estar despierta; pero él insistió en que por ese día, debian "madrugar" como ella decía, aunque para él ya era una hora bastante prudente.
María pues se decidió y se dirigió al baño para despertar un poco, mientras lo tomaba a él de las manos y lo guiaba con ella.
-Debes asegurarte que no me mate ahí dentro.- le dijo a Emanuel con un tono chiqueado y berrinchudo
-Como vos ordeneis mi princesa.
Instintivamente colcó su mano en el vientre un poco abultado, 3 meses.
Terminaron el baño y se dirigieron al auto, donde él la conduciría a una enorme sorpresa....
To be continued...
Kaori.
No hay comentarios:
Publicar un comentario