domingo, 23 de noviembre de 2014

Que bonita es!

El sol despuntaba los primeros rayos, el amanecer se aproximaba, María, aún dormida, yacía en una cama adoselada, cómoda, suave, llena de almohadas, un gato, un perro y otro humano, ese humano.

El sol asomaba ya por encima y por debajo de las cortinas oscuras que cubrian la habitación y aunque el sol intentaba calentar la mañana, no subía a mas de 10 grados, la nieve lo cubría todo. Y María seguía dormida, acurrucada hecha bolita de su lado de la cama, con los brazos de aquél humano rodeandola y protegiendola.

El humano ya había despertado, una persona muy peculiar, única, inigualable. Había despertado como siempre a las 4:00 de la madrugada y había hecho sus quehaceres matutinos, ejercicio, algo de limpieza y preparar las cosas para que cuando fuera el momento preciso, llevarle el desayuno a la cama a ella.

Volvió a la cama a contemplarla, tan calmada, con su respiración pausada y serena, no aguantó un segundo más y besó su frente, ella no se inmutó siquiera, sólo sonrió en sueños.

Esperó a que el sol despuntara bien y despertó a María con un beso en los labios y el desayuno ya preparado y listo para ingerirlo, mango picado, un par de huevos fritos, con frijoles y pan tostado. Ella sonrió agradecida.

Terminando, María volvió a recostarse, eran las 7:00 de la mañana, era más que temprano, no es hora de estar despierta; pero él insistió en que por ese día, debian "madrugar" como ella decía, aunque para él ya era una hora bastante prudente.

María pues se decidió y se dirigió al baño para despertar un poco, mientras lo tomaba a él de las manos y lo guiaba con ella.

-Debes asegurarte que no me mate ahí dentro.- le dijo a Emanuel con un tono chiqueado y berrinchudo
-Como vos ordeneis mi princesa.

Instintivamente colcó su mano en el vientre un poco abultado, 3 meses.

Terminaron el baño y se dirigieron al auto, donde él la conduciría a una enorme sorpresa....

To be continued...

Kaori.

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