miércoles, 18 de febrero de 2015

La verdad sobre el matrimonio...

      Hay una cosa muy bonita en el matrimonio, una promesa hecha en el altar, que seguramente los amantes las dicen con el corazón en la mano, en resumen es: "estaremos juntos en buenas y malas". Sin embargo creo que las personas no comprenden que no significa que todas (o la gran mayoría) serán malas y que de todos modos tenemos que estar ahí, no es, seré malo contigo y de todos modos seguirás aqui porque nos casamos... 

      Es por eso que las personas suelen tenerle tanto miedo al matrimonio, porque se comprometen a soportar a que la otra persona se convierta en su peor versión y sin importar qué, ahí vas a estar para él/ella, pero el matrimonio no se trata de eso.

     En realidad creo que se hace un compromiso para evitar que haya malos ratos y que si es inevitable pasar por uno, se apoyarán, se ayudarán, etc. la pareja está para hacer la vida del otro mas fácil y agradable, no un infierno, el chiste de vivir en pareja y en familia es el buscar causar más alegrías que penas y más buenos ratos que malos. El problema es que muy pocas familias logran esto y se creen dueños de sus integrantes, como si fueran una mascota o un objeto.

      Y yo no digo que sea fácil convivir con alguien, seguro habrá algo que no estés de acuerdo con la otra persona, la diferencia la hace la manera de reaccionar ante dichas situaciones, siempre tienes dos recursos, amargarte y reaccionar violentamente (que a nadie beneficia) o actuar con calma, amor y optimismo, tratando de encontrarle la solución más sana a la problemática (que todos salen ganando).

      Así pues, el matrimonio es algo hermoso, una decisión seria y difícil, que se tiene que pensar muy a fondo, en lo personal creo que lo mejor que puede hacer una persona, es encontrar a alguien con quien quiera pasar el resto de su vida, que la misma le ayude a crecer y alimentar su mente constantemente con cosas buenas.

      Ahora bien, una cosa que tampoco entienden los casados es que el matrimonio no es el fin de la vida, ciertamente cuando cambias tu estado civil, adquieres ciertos compromisos, pero sigues siendo un individuo que sí, comparte su vida, pero de eso se trata precisamente eso no? de compartir, no de absorber ni poseer, no posees a la persona que se convierte en tu compañero de vida, ni ella te posee a ti. 

      Además creo que hay algo super importante que la gente se olvida cuando se casa, siguen siendo novios, nunca cortaron para casarse y hacerlo sería una tontería, en realidad están subiendo un escalón más en la relación pero no por eso las cosas terminan o cambian para mal, lo que llevas detrás sigue siendo parte de ti. Es como cuando aprendes matemáticas, primero aprendes a contar, después eso que sabes contar, aprendes a sumarlo, después a multiplicarlo, después puedes resolver ecuaciones etc. pero no por que ya sepas hacer cálculo diferencial avanzado, significa que ya no sepas o ya no debas contar ¿Verdad? Lo mismo pasa con las relaciones: primero son amigos (de preferencia mejores amigos, que haya confianza de decirse lo que sea), después son novios, después se comprometen y después son esposos, pero el hecho de subir de nivel, no elimina los que están debajo, es sólo una sumatoria de todo lo que has compartido con esa persona.

      Es como si construyeras una escalera, obviamente vas a empezar por el escalón que esté mas pegado al suelo, y paulatinamente irás subiendo, sin embargo, no porque hagas el segundo escalón, el primero desaparece, no, en realidad el segundo escalón se une al primero para hacer la escalera más alta y llegar más lejos hacia arriba no? Justo así es como funciona la relación con una pareja, justo como una escalera en construcción, o como las matemáticas, como todo en la vida, es un crecimiento y un aumento.

      Creo que si las personas comprendieran todo esto, serían realmente felices, si en vez de recalcar errores del otro, recalcaran virtudes, si en vez de permitir que los problemas los agobien, les sonrían y los compartan para encontrarles solución, si en vez de poseer, compartimos. Las personas serían más felices en un matrimonio, si siempre se trataran como los novios que son, se confiaran como los mejores amigos que son, se amaran como cuando se comprometieron y se escojan cada día como cuando se casaron, que hagan el amor siempre, no sólo con sexo, si no con miradas, con videojuegos (o cualquier actividad que les guste), con caricias, sonrisas, comidas, caminatas, lecturas, paseos por el jardín.

      Si estás casado, por favor recuerdale a tu pareja que antes que nada es tu mejor amigo/a, que después es tu novio/a y al final (pero no menos importante) es tu esposo, recuerdale que lo amas con locura, sí a pesar de sus defectos, pero más que nada por sus virtudes, recuerdale que te casaste con él/ella, porque lo escogerías más de mil veces para compartir cualquier vida, recuerdale por qué decidieron casarse y que el matrimonio no tiene que ser un martirio ni un peso.

      Haz el amor, no la guerrra...

M.J.

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