jueves, 9 de noviembre de 2017

La población canina en México

El perro ha sido considerado mejor amigo del hombre desde hace ya unos 10 000 años aproximadamente. Se cree que el perro se acercó a éste a manera de supervivencia y aprovechó a su vez la presencia de un animal territorial que cuidaba de sus campamentos nómadas, es así también como toma ventaja para sedentarse. Teniendo un guardián que los cuidaba de posibles depredadores o incluso de otros humanos aumentaban poco a poco su estadía en los campamentos y cada vez, junto con otros factores permanecían por más tiempo en un solo lugar hasta asentarse completamente.

Esta es una de muchas teorías que se tienen sobre la domesticación del perro. Posteriormente el ser humano fue adaptando al perro como mejor le convenía, los perros ancestrales como los tipo spitz son los que se cree que están relacionados más directamente con su ancestro en común con los lobos, que se cree fue el lobo del sudeste asiático. Estos perros entre los cuales se encuentran el Akita y el Shiba Inu japoneses, son los que más han guardado sus características de lobo, tanto como etológicas como físicas.

Entonces si en teoría había una única raza, ¿De dónde salió tanta variedad? Y ¿Cómo terminaron tantos perros en las calles si son tan buena compañía? La respuesta es algo larga pero sencilla, para empezar los tiempos y la educación cambian, para seguir la falta de cultura y la de valores de responsabilidad se incrementaron drásticamente por muchos años, ahora están recuperándose un poco, pero aún falta mucho camino por recorrer.

Para comprender mejor hay que entender de dónde salieron tantas razas y se relaciona con la necesidad del ser humano hacia el canino en la época y situación en la que se encontraba en el momento, por ejemplo, si necesitaba a un perro capaz de aguantar temperaturas extremadamente bajas y que fuera un excelente cazador y además pudiera olfatear de una manera extraordinaria para alejar a cualquier intruso con el tiempo debido, entonces se iba cruzando a los perros con estas características hasta que lograban un Husky Siberiano o un Alaska Malamute. Así duraron varios años modificando razas por medio de la cruza hasta lograr que el animal desarrollara los atributos buscados.

Alrededor de la época medieval, se consideraba un lujo de la nobleza el tener a un perro, incluso se hicieron parte de varios escudos de armas, algunas razas eran exclusivas de las familias reales. En México también hay historia con los canes, el Xoloitzcuintle es un perro endémico del país, una raza no spitz que es de las más antiguas y puras que hay. Por desgracia este ejemplar se encuentra en peligro de extinción gracias a que los estándares de belleza han cambiado y los propósitos para los que se utilizaba a estos canes también. Al llegar los españoles con nuevos perros y nuevas razas, introdujeron otro tipo de caninos además de los que ya habitaban la zona.

En México como en todo el mundo, el perro ha sido considerado como una excelente compañía desde casi el principio, se creía que éstos acompañaban a sus dueños al momento de morir y se inmolaban en las tumbas de los difuntos.

Así como anteriormente la cultura mexicana les rendía un respeto bastante grande a los perros, ahora es distinto, la educación ha cambiado radicalmente con los años, la gente comenzó a adquirir perros por razones de belleza, estatus social, etc. Sin considerar que tienen que mantenerse saludables, limpios, con servicios veterinarios y pronto resultaron más una molestia que un lindo accesorio sin contar que el animal juega y sin un entrenamiento adecuado puede llegar a ser una gran molestia.

Por mucho tiempo se compraron animales por lo bellos que son de cachorros y como regalos de navidad o cumpleaños, una vez que crecían eran olvidados en los patios y azoteas de las casas, otras veces abandonados en las calles sin protección y sin control sanitario. Estos perros abandonados por diversas razones, sin distinción de raza ni género, comenzaron a repoblar las calles, como pasa en muchos lados del mundo, sumándose también aquellos que escapaban de repente de sus hogares. Las jaurías crecen indiscriminadamente y anteriormente la gente no le ponía atención al problema, ignorando el peligro sanitario que ocasiona esta situación, entre otros inconvenientes.

Recientemente, gracias a la creciente conciencia humanitaria del país y del mundo, ha habido programas de esterilizaciones, de concientización sobre los peligros y problemas que puede ocasionar la sobrepoblación canina y felina de las calles, programas de adopción, etc.

México es considerado el país latinoamericano con mayor población canina, habiendo un aproximado de 18 millones de perros, de los cuales, según el INEGI, sólo el 30% tienen dueño, el otro 70, viven en situación de calle, ya sea por abandono o nacimientos ya de perros callejeros, cabe destacar que de perros medianos a grandes, son capaces de dar a luz aproximadamente de 3 hasta a 7 cachorros, a veces se dan camadas de hasta 10 o 15, dependiendo del tamaño y los genes de los padres, esto es alarmante.

Se estima que en la ciudad de México, viven aproximadamente 120 mil perros en la calle los cuales son un riesgo sanitario altísimo, no sólo por las excretas que producen sino por las enfermedades que se pueden transmitir entre ellos y aquellas que son zoonóticas (enfermedades transmisibles de animales a humanos), que para la sociedad son las que más interesan.

Se considera que anualmente la población canina callejera crece un 20%, se cree que la esterilización masiva es una de las posibles soluciones, aunque en realidad este es un tema de controversia y no es una solución tan real al hablar de medicina veterinaria.

La verdadera solución está en modificar la educación del país, en orientar a la población a la compra y adopción responsable de animales (20 perros hacinados en una misma casa dan el mismo resultado que si estuvieran en la calle, no es sano ni está bien) la esterilización responsable; todos los procedimientos quirúrgicos tienen que ser respetados en tiempo y en forma, no se deben realizar a prisa ni bajo presión. Y la creación de espacios seguros donde los animales de calle puedan vivir en relativa libertad con un control veterinario adecuado, desparasitados y vacunados contra las enfermedades zoonóticas y un tratamiento adecuado para prevenir problemas posteriores.


México ha cambiado mucho con los años, ha modificado su cultura y educación en distintas épocas, se perdió esa adoración ancestral hacia la naturaleza, pero poco a poco vamos restaurando ese respeto y ese cuidado que nunca se debió olvidar.

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CORTANA!

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