miércoles, 14 de mayo de 2014

Te quiero. Te quise. Te querré. Eres como un verbo conjugado en todas las personas posibles, en todos los tiempos. Presente, pasado, futuro, presente perfecto, PERFECTO.... Eso eres tú.

Miro en el espejo, mis ojos brillan, tengo ganas de ti, tu voz me arrulla... Pero no estas aqui.

Eres esa perfecta combinacion entre fuego y hielo, viento y marea, luz y oscuridad. Eres mio y solo mio. Eres tu.

.... Te amo, te ame y te amare siempre

viernes, 9 de mayo de 2014

Sara

Hay un inconfundible aroma a comida recién hecha, sonido de voces dispersas por todas partes, ruido de teclados, risas, alguno que otro grita.

Sara se pregunta que está pasando en su vida, que sucede, si debe continuar, últimamente no se ha sentido bien, llora, grita y patalea, se siente sola... quizá sea hora de continuar.


Pasan los minutos y sigue ahí taciturna, pensando en qué demonios debe hacer, la decisión era muy difícil, optó por dejarlo de lado. El viento entraba por una ventana y le acariciaba el rostro. Deseaba que fuera la mano de él.


Era hora de comer, su estómago gruñía empedernido, no lograba decidir entre pararse y tomar algo de comer o ignorar su malestar. Pobre Sara, su mente está hecha un embrollo.

Mientras escribe, a lo lejos lo observa, el viento menea su cabello, lo acaricia, deseaba que fuera su mano la que lo tocaba. Platica quién sabe de qué con quién sabe quién, se ve muy animado, el sol, ese que un día fue de ambos lo alumbró como si se tratara de un ángel. Sara soltó una lágrima, le encantaba observarlo.


Una nube cubre el sol, pero él sigue ahí conversando, no se da cuenta de que Sara lo mira con insistencia esperando que la note, suplicando porque no se pierda lo que tienen. Un anillo. El amor que nació hace tantos años, tan perfecto y tan hermoso, tan lleno de problemas, tan lleno de amor. Suspira.


Sara enciende un cigarrillo, se para a fumarlo afuera mientras pasa por su lado, se le queda viendo, él no lo nota, Sara ha cambiado mucho, la forma de su cuerpo, su forma de pensar, su mirada, Sara creció, no era más una niña. Aspira, saca el humo por la nariz, balancea su cigarro en sus delicados dedos, se concentra en el y trata de no pensar en lo cerca que se encontraba de aquél sujeto, a sólo unos metros de ella.


Se da cuenta de que no puede odiar nada, ni su cabello, ni su risa tonta, ni sus manías, ni siquiera sus desplantes molestos de niño berrinchudo. Le da otra calada a su cigarro, se acerca Alondra, con su máscara de niña buena, le toca el brazo, se ríen, se miran, conviven, Sara quiere salir corriendo, pero tiene que ser fuerte, tiene que mirarlos con odio, tiene que aguantar y demostrar que aunque sí, no le afecta en lo más mínimo lo que un zorro haga, pues ella era un Lobo, era imponente, era bella, era perfecta.


Sara intenta de nuevo que la mire, aunque sea para que se de cuenta de que ha cambiado, él tan distante, tan imperfecto, tan él. Le da el último toque a su cigarro, lo tira al suelo y lo aplasta con el pie derecho, exhala. Alondra juega con su cabello, se da cuenta de la presencia de Sara, no dice nada, se voltea, susurra al oído de Gabriel, el asiente con la cabeza, se para de su asiento, se acerca con su caminar cansado, desganado, se le nota desgastado, el trabajo lo agota. Sara se le queda mirando de manera retadora, siente como sus manos tiemblan, como su cuerpo quiere salir corriendo, como se sonroja ante la idea de que quizá puedan conversar de nuevo, Sara sonríe.


La chaqueta de cuero negra que lleva puesta le da un calor increíblemente sofocante, más cuando se expone a los rayos del sol, sin embargo, porta con tanto estilo esa chamarra, que no piensa deshacerse de ella. Quiere prender otro cigarro para mostrar su nuevo estilo, pero a él no le gusta que fume, se aguanta las ganas, no puede evitar el brillo de sus ojos mientras ve que él ha notado su presencia y se dirige hacia ella, Alondra no importaba en esos momentos, él era puramente suyo.


Sara se arregla el pelo que el viento hizo bien en alborotarle, toma de su bolsa el pequeño espejito que siempre le resulta demasiado útil, se observa minuciosamente, está perfecta, Gabriel la amaba, a pesar de todo, eso era todo lo que importaba. Qué importa que esté ocupado? Qué importa que Alondra lo siga a todos lados como un parásito? Qué importaba que Gabriel compartiera su tiempo con Alondra? Sara era la que él prefería, con la que él estaba, la que él amaba, al menos eso es lo que el juraba.


-Tenemos que hablar.- Sara no pudo evitar el tímido esbozo de una sonrisa, se sonrojo y lo miró con esa mirada que a él tanto encantaba, pero algo había diferente.

-Si Gabriel, dime que pasa, te he extrañado sabes? Qué ha pasado en éstos meses?.- Sara no sabía si quería escuchar la respuesta, no quería escuchar que estuvo con Alondra, que ella es maravillosa, que lo ayudo con su trabajo, que se desvelaron, QUE DURMIERON JUNTOS. Maldita zorra!
-He estado muy ocupado sabes? no me ha dado mucho tiempo de estar al pendiente de ti, ni de lo que te pasa, te dejé sola, te extraño pero me callé, no te lo dije, te deje a la deriva y poco a poco te fuiste separando de mi.- Se notaba a Gabriel demasiado calmado, no movía las manos como acostumbraba, estaba sereno, el sol les daba en la cara, pero eso no importaba, la sombra de lo que ocurría era tan oscura que ni siquiera podían notarlo. Se aclaro la garganta.
-Cásate conmigo!

Kaori.

Cartas a Irie #20

Hola, 
Tengo un mensaje para ti, la Luna es de queso y las estrellas son cereal, la vía láctea es leche con azúcar y el Sol es de caramelo.

Hay tantas cosas que quiero decirte, que ayer vi un colibrí y me acordé de ti, vi un canguro y me acordé de ti, vi un camello y me acordé de ti, vi un DINOSAURIO y juro que me acordé de ti.

Lo bonito de esto es que no imorta que no estés, ahí estas presente, te veo en el dibujo de la corteza de un ábol, en las nubes y hasta en el pasto en el que tantas veces nos hemos acostado, húmedo, tan fresco en tiempos de calor tan deliciosa cama nuestra.

Cuando la luz del tiempo se refleja en tus ojos, puedo ver el universo, la Luna que es de queso y el chocolate del universo.

Sí amor, todo eso provocas en mí, haces que sucedan cosas increíbles en mi cuerpo, en mi mente, en mis sueños, en mi imaginación.

Sí amor, eres increíble...

Los pájaros cantan y te escucho, el viento sopla y te siento, te miro en todos lados y lo peor, es que te extraño.

Te quiero mucho...


Su eterna María.

martes, 15 de abril de 2014

Eres fuego y yo Ceniza

De que te quiero para mi, de que eres mío y nada mas mío, que nadie puede tocarte, que quemas al contacto, que eres fuego y me llamas.

Que cuando te veo, tus ojos queman, tus manos queman, tus labios, eres fuego y yo ceniza, somos uno o quizá soy lo que queda.

Que somos un par de locos que están contra el mundo, yo soy marea y tu roca, quizá al revés pero aquí estamos los dos, uno con el otro, esperando, soñando.

De que te quiero vivo, te quiero para mi, te quiero, te quiero mío.

De que me dueles lejos y te extraño y no puedes quemarme...

De que amo como gritas, como insultas, como pateas y hace berrinche, tu aspecto molesto también quema... de que adoro tu fuego.

De que eres importante y también quemas en la cama, quemas en los besos, eres fuego y yo ceniza.

De que te quiero mío, por siempre y para siempre, para todas las eternidades que un alma pueda vivir, de que me quiero tuya para siempre, para todos los tiempos, porque soy la ceniza de tu fuego.

De que me haces falta cuando todo va bien y cuando todo va mal, cuando quiero matar y cuando quiero crear, cuando de ceniza soy madera y cuando soy madera me quiero quemar.

De que te regalo el mundo envuelto en un pañuelo, de que me lo regalas con tu presencia, y me quemas.

De que quiero estar en tu cama, que quiero mirarte desnudo, que me quemes con la sensual vision de ti. De que quiero estar bajo tu brazo y que me mires con amor.

De que te quiero mío, de que soy las cenizas de tu fuego y tu el fuego que me prende, que quemas y me gusta lo que se siente.

De que cuando estoy contigo, yo también puedo ser fuego.

De Kaori para Irie.

viernes, 14 de marzo de 2014

No te quiero, no te quiero nada..

Yo sé que no te quiero, como podría decir que lo hago si todo el tiempo estamos peleando, si no te quiero y a veces hasta te odio. Yo se que no te quiero, simplemente que no puedo ni mirarte y ya quiero gritarte y que me grites ¿Quizá?

Sin embargo aquí estoy todos los días constante, pendiente de ti, como perro faldero. Pero no te quiero, de hecho te odio, quisiera morderte, como perro callejero. Quiero atacarte y quizá cortarte una mano, no sé yo no te quiero.

Pero aquí me tienes con el teléfono en mano esperando tu llamada queriendo escuchar tu voz y recordar lo mucho que no te soporto, no te quiero, no te quiero nada, pero tengo esa necesidad de saber de ti, de ver como estas, de verte, escucharte, sentir tus manos en mi cuerpo, quizá que sientas las mías. Pero en realidad yo; no te quiero nada, de hecho te odio con el alma.

Tengo esa necesidad de que si me falta el aire o si quiero llorar, que si tengo un problema, que si me siento mal, o sólo quiero conversar, tu número es el primero en mi lista de llamadas, apareces como por arte de magia en mi mente y sin darme cuenta yo, ya te estoy marcando, sin embargo te odio.

Odio esa necesidad de quererte, odio este amor que siento, porque es lo mas bonito que he sentido jamás, porque odio las cosas bellas y odio las cosas del amor, porque no soporto la simple idea de saber que hay alguien que habita en mi corazón y amo a esa persona con las entrañas del alma.

Odio todo lo que me haces sentir, porque es tan hermoso que me repugna, es tan complicado y a la vez tan simple, es todo lo que soy y todo lo que eres, odio tenerte ganas y que me correspondas, esta atracción tan fuerte que tengo hacia tu cuerpo, tu mente, tus ganas de besarme, hacia a ti. TE ODIO CON TODO LO QUE TENGO.

Sin embargo te amo, porque me desvelo pensando en ti, amanezco feliz sólo de saber que estarás ahí, porque amo pelear contigo y que después me busques y me beses. Te amo porque amo los besos y amo el olor de tu piel, de tu cabello, de tu esencia, porque amo amarte y te amo a ti, porque siempre que quiero odiarte, termino enamorándome cada vez más y que no importa que pase, siempre serás especial.

Te odio porque me enamoraste, sin embargo disfruto tanto de éste sentimiento que te amo por encenderlo, disfruto tanto de pelear, de reír, de amar, soñar y gozar, que llega un momento en el que te siento parte de mí y me siento parte de ti.

Te odio porque sé que a veces me odias, pero incluso cuando te odio, yo te sigo amando...

Kaori.

jueves, 6 de marzo de 2014

Cartas a Irie #52

Fue en ese momento, en aquel beso, ese que fue sincero, el que me sacudió hasta el último hueso de mi cuerpo. Tu beso. Tu amor. Tú. 

Decidí que era momento de volver a enamorarme de ti....

Kaori.

domingo, 2 de marzo de 2014

Plabras al azar #3

Proyecto personal en el cuál pido por 10 palabras cada semana y con ellas armo una historia. Las palabras de ésta semana son:
1. Vaivén 
2. Corcel
3. Complacer
4. Zafio
5. Picaporte
6. Pátina
7. Discernir
8. Carrizo
9. Expeliarmus
10. Magistral

-¡EXPELIARMUS!- Grité con furia levantando mi varita hacia la de ella, la cual salió volando como se suponía. 
-¡Rindete Agatha, estás desarmada!- le dije apuntandola a la cara con actitud de quien manda.
-¡Jamás, nunca lograrás que me rinda!- Me miró desafiante y me derrumbó mientras procesaba sus palabras.
-Ya verá lo que te haré con semejante traición.
-Atrapame si puedes.
-¡No huyas cobarde!- Y salí corriendo detrás de mi hermana.

Eran días llenos de alegría y juegos múltiples donde el favorito era sin duda Harry Potter, aunque a veces cambabamos de idea y jugabamos a otras cosas.

Era genial jugar con mi hermana Agatha en el jardín de la casa, los perros a veces se mos unían y tomaban bandos, era difícil DISCERNIR cual estaba de que lado, puesto que siempre cambiaban cada dos por tres.

                            •••
Ocho de la mañana. Es un día soleadoen mi apartamento, me despertaron los rayos del sol antes que la alarma del reloj, me quedé ahí un momento, arropada, sintiendo las caricias de mi almohada y de las sábanas hasta que la alarma por fin sonó.

Me levanté pesarosa de la cama y me dirigí a la cocina, puse dos panes a tostar y encendí la cafetera. Me metí a bañar.

Cuando salí de mi baño Ian, mi perro, saltó a darme los buenos días, era fácil COMPLACER a ese gran pequeño. ian era un "fila brasileiro", sin embargo era un perro abandonado. Necesitaba un compañero fiel que pudiera defenderme cuando salieramos a caminar. Iba a comprar un cachorro en la tienda de mascotas de la esquina, sin embargo, no tenían lo que buscaba, así que me encaminé al refugio y justo cuando iba entrando un cachorro de 3 meses se aproximó a mi y robó mi corazón, desde ese momento nos juramos una eterna amistad.

Ian era al principio como un CORCEL indomable, pronto tomó un tamaño enorme y era bastante travieso, hasta que concluí que ambos necesitábamos unas buenas clases de disciplina, después de eso no volvimos a tener problemas.

El café estaba listo, tomé los panes del tostador, les unté mantequilla y cajeta, era un desayuno delicioso, acompañado de mi café negro y algo de mango.

Me vestí para el trabajo y me dirigí al auto, cuando de repente la vi, con aquél VAIVÉN que tiene al caminar. Me encanta verla pasear en las mañanas con su perro en el parque. Era una figura digna de admirar, con todas las virtudes de una mujer bella y muy femenina, ella era de aquellas que incluso se veían bien en ropa deportiva o de cama.

Sandra era una mujer delgada, esbelta y con mucho porte, siempre me sonreía al pasar a mi lado y eso alegraba mucho mis mañanas, sentía un vuelco en el corazón cada vez que esos ojos color miel se cruzaban con los míos, mis manos me sudaban, cada vello de mi cuerpo se erizaba y me temblaban las piernas, solo con que me observara.

Algún día me atrevería a hablar con ella para invitarla a salir, ya era mi amiga, pero quería tener el valor para hacerla algo más, pero no sería hoy.

Diez de la mañana. En la oficina parace no haber ningún problema. Descanso los ojos un momento en mi despacho, cuando llega el primer caso, el asesino de una familia que dejó viva a la hija mayor, querían pena de muerte y me llamaban a juicio como fiscal de distrito. Al leer la noticia, los ojos se me hicieron como platos, era el mismo modus operandi de hace más de 15 años. Me senté en mi silla, con el rostro desebcajado y blanco como la cera.
 
                           •••
-¡Ya está la comida! Mónica, Agatha, Adrián, vengan.- Mamá estaba cocinando, como siempre; la casa se impregnaba del delicioso aroma de lo que hacía y era casi un pecado no aparecer al instante de su llamado.

-¡Niños, ya llegué!- La voz de papá, salté de la cama emocionada y me paré dos segundos delante de la puerta, traté de serenarme, pero sin darme cuenta tomé el PICAPORTE y abrí de golpe la puerta. Corrí a su encuentro.

-¿Cómo te ha ido papá?- Pregunté ansiosa por su respuesta y fascinada por escucharlo, me encantaban sus historias de la corte.

-De maravilla Mónica, pero por ahora vamos a comer todos.- Bendijo la mesa y probamos los manjares que había cocinado mamá ese día. Hizo pay de manzana.

                           •••

Doce del día. Una lágrima recorrió mi rostro, era increíble lo que dolían los recuerdos, aún cuando son bellos. Me decidí entonces a llevar el caso y resolver mis dudas de una vez. Secando mis lágrimas me paré y arreglé mi traje sastre alisándolo, me miré al espejo decidida, unos ojos color avellana me observaban de regreso, mi rostro se veía perfectamente bien arreglado, como casi todo lo que se encontraba a mi alrededor. Suspiro y mi cabello; de color oscuro, se balancea coquetamente, lo acomodo un poco y salgo a atender los asuntos pendientes.

                             •••
Tres de la tarde. Voy llegando a casa cansada, fue un día muy largo. Ian siempre es un consuelo, aunque me gustaría que hubiera alguien más en casa.

Tocan la puerta y me dirijo a abrirla, era ella, Sabdra. Me congelé, era sin duda una visita inesperada y una muy bella, inmediatamente perdí el habla, me quedé ahí, impactada como siempre de su belleza. Por fin pude hablar, no sin antes carraspear un poco.

-S-sandra, ¡Que milagro! Mmm... ¿Qué te trae por aquí? Pasa.- de manera gentil le di el paso e Ian ls recibió con gran algarabía y la llenó de besos.

-Perdona la molestia Mónica.- Se detuvo súbitamenre y observó angustiada la comida que estaba preparando.- ¿Te interrumpo? Si gustas regreso más tarde.-

-¡No! No te vayas.- Dije apurada, sonando un tanto suplicante, carraspee de nuevo y corregí.- Mmmh! Me refiero que no hay problema, es más, me gustaría que me acompañaras.

Se pasó el cabello por detrás de las orejas y me miró avergonzada, pero con un brillo muy especial que jamás olvidaré.

La senté en la mesa mientras terminaba de cocinar. Comeríamos spaguetti en salsa blanca y un poco de milanesa de pollo empanizada, con algo de ensalada aderezada y de tomar una fresca agus de naranja.

-Dime Sandra ¿Qué puedo hacer yo por ti?- Traté de sonar lo más calmada y normal posible y parece que lo logré.

-La verdad es que necesito pedirte un facor muy grande y si no fuera de tal importancia no me atrevería jamás a pedirtelo.- Estaba un tanto nerviosa y lo que acababa de decir me inquietó un momento, no por el hecho de que me pidiera el favor, sino de que se notaba muy preocupada e intranquila. Ian colocó su enorme cabeza en mi regazo.

-Lo que sea que pueda hacer para ayudarte, no dudes en decirlo.- Se quedó en silencio un momento y prosiguió.

-Bueno. Lo que pasa es que mi madre enfermo y debo ir a visitarla a Nueva York y la verdad es que me da mucho miedo viajar en avión, ¿Podrías acompañarne? No tienes que preocuparte de gastos y puedes llevar a Ian si así lo deseas, será sólo un fin de semana.

Su propuesta me dejó sin más sorprendida y sin miramientos accedi.

                            •••

El lago estaba hermosísimo esa tarde, el sol reflejaba su luz pintando el agua de un color oro muy bello. Era una tarde de verano y los CARRIZOS se mecían alegres al compás de la música del viento.

Agatha y Adrián jugaban en la orilla del río, mientras que yo descansaba bajo la sombra de un árbol con mi bañador puesto, unas gafas y un libro en la mano, el día era hermoso.

Mamá y papá estaban a unos metros de mi, de vez en cuando los observaba, parecían una pareja de novios enamorados, más que un par de esposos. Mamá reía sin parar y volteaba la cabeza hacia atrás, papá acariciaba su rostro con mucha ternura y los ojos de mamá brillaban de manera especial. Suspiré.

                            •••
Nueve de la noche. Desde que Sandra salió de mi departamento, no pude hacer otra cosa que pensar que viajaría con ella y sin perder tiempo fui a mi habitación y comencé a empacar todo lo que me fuera a ser necesario. Ian me miraba con mucha curiosidad y me llevaba sus jueguetes favoritos para guardarlos en mi maleta. Todavía faltaba mucho para el fin de semana pero ya queria tener todo listo.

Terminé tan agotada que no me di cuenta cuando me quedé dormida, pero esa noche pude descansar.

Ocho y media de la mañana del día siguiente. Sonó el despertador y poco a poco fui recobrando la conciencia, Iab había dormido a mi lado y pese al ruido del despertador seguía roncando apasiblemente.

De nuevo preparé la regadera y puse el café a hacerse, saqué un plato hondo y el cereal de chocolate, los coloqué en la mesa y me metí después a la bañera.

Cuando salí, Ian ya estaba despierto y me miraba expectante, quería también su desayuno, así que se lo serví. Terminé y me dispuse para el trabajo.

Diez de la mañana. Era hora de enfrentarme al caso de lleno, el día anterior no habían sido mas que papeleos, sin embargo hoy me enfrentaría con el asesino, quien probablemente era el mismo que salió impune hace más de quince años, como fuera me encargaría de probar su culpabilidad y que pague por todo el mal que ha causado.

                             •••
Desperté intranquila, cuando de repente se escucha el sonido de un vidrio al romperse, asustada corrí al cuarto de papá y sigilosa lo desperté.

-Papá, hay alguien en la cocina.- Susurré muy asustada.

-No es nada Mónica vuelve a dormir.- Se arropó y se volteó.

-Papá en serio, hay alguien en la casa ¡Levantate!- Lo sacudí con fuerza hasta que se escuchó el grito de Agatha.

-¡Papá! ¡Mami!

Saltó de golpe de la cama y del cajón de su mesita de media noche sacó la pistola y con mucha cautela fue al cuarto de mi hermana. Adrián llegó primero intentando hacerse el valiente con su bat de baseball, obviamente el moustruo era más rápido y lo aprisionó junto con Agatha, mi papá tomó su arma muy firme y apunto al maldito a la cara.

-¡Sueltalos!

-No te creo en posición de exigir, así que mejor baja el arma.- Estaba tan calmado. Se escuchaban los sollozos de mi hermana y le dió una cachetada.- Guarda silencio querida, vas a despertar a los vecinos.-

-No te atrevas a volver a ponerle una mano encima.- El tipo la azotó en la cama y la desnudó completa, acariciando con sus sucias manos su cuerpo, con una cara de maniaco que daba miedo.

Papá se volvió loco y olvidandose de que portaba una pistola se avalanzó con las manos en alto contra el intruso, quien con un disparo se quitó de encima a mi papá, quien cayó sin fuerzas al suelo.

Mamá había llamado a urgencias y la policía venía en camino, mis hermanos lloraban sin poder contenerse y mamá corrió a tratar de auxiliar a mi padre, pero era demasiado tade, papá ya no estaba.

-¡ERES UN MALDITO! ¡LARGATE DE MI CASA Y DEJANOS EN PAZ!- Mamá lo apuntaba con las manos llenas de la sangre de papá. El intruso apuntó a la cara de ella, como si fuera algo cotidiano.

-Si sigues gritando veras como mueren ellos.- Mamá cayó al instante y los miró con mucha angustia.- De igual manera lo haré.- y apuntó a mi hermano Adrián quien congelado de miedo, se orinó encima y recibió un disparo en el pecho, despues el demonio se volteó con mi hermana e hizo lo mismo, la última fue mi madre sollozante.

Bajó a la cocina y como si fuera su casa se sirvió un vaso de leche fría y unas galletas, yo lo observaba temerosa desde las escaleras, lo odié por todo, por dejarme viva, por estar en mi casa, por lastimarlos, pero me odie mas a mi misma, por quedarme congelada y no mover ni un músculo. Por ser la que sobrevivió

Salió por la puerta de la cocina y se fue, una hora después llegó la policía y me encontraron abrazada a mamá. Mi vida no fue la misma desde ese día, ni yo lo fui.

                           •••
Doce del día. Era hora de verle la cara, quizá de nuevo, me llevaron a la sala de interrogación, pue como era fiscal de distrito debía estar presente, en cuanto vi su rostro de nuevo, palidecí y me desvanecí, era increíble que después de 15 años lo tenía de nuevo frente a mi, con sus ZAFIOS modales y su sonrisa psicópata.

No pude mas y salí de la habitación. Me encontraba de nuevo en mi despacho cuando llegó Julieta, mi asistente, muy preocupada.

-Parece que viera un fantasma señorita.- Me solté llorando con rabia, me encargaría de que ese maldito pagara por lo que hizo.

Tres de la tarde. Llegué de nuevo a casa con un pesar en el alma. Ian se avalanzó sobre mi y comenzó a jugar conmigo y a tratar de animarme.

No sabía que hacer, por lo pronto el juicio sería en una semana y tendría tiempo para poder pensar que hacer y como llevar el caso de la mejor manera posible.

Busqué entre mis cosas la carta que papá había adjuntado en su testamento, la cual había adquirido una PÁTINA amarillenta al pasar los años. Después de volver a leer la carta obsevé la fotografía que tenía guardada también en el mismo sitio que la carta, como los extrañaba a todos. Ian reposó su cabeza en mi regazo y casi de manera inconsciente lo acaricié.

                             •••
Ocho de la noche del viernes. Aunque muy a la fuerza, logre que Ian entrara en su kennel y lo arrastré hasta la puerta.

Esa noche, Sandra insistió que me quedara a dormir en su casa y que partieramos juntas para tomar el avión de las 6 de la mañana y llegar a Nueva York por la tarde del sábado.

Al arribar el avión Sandra me tomó fuerte del brazo, la chica estaba realmente asustada y mi corazón latía tan fuertemente que casi se podía escuchar el ritmo que entonaba.

Nos hospedamos en casa de sus padres, aunque yo insistí en un cuarto de hotel. El más contento de que llegaramos fue Ian y Ramón al deshacerse de sus kennel.

Comimos un poco y nos dirigimos al hospital, desde que fue a mi departamento con esa extraña propuesta, su madre había mejorado notablemente y el lunes podría regresar a su hogar junto a su marido.

Para celebrar la recuperación de su madre, invité a Sandra a cenar a un restaurante muy bonito y que estaba cerca de la casa de sus padres.

Esa noche estaba más hermosa que nunca, con un vestido de noche azul marino y el cabello suelto de lado adornado con un moño. El rostro ligeramente maquillado con tonos nacarados, era simplemente perfecta, una figura MAGISTRAL.

Llegando al restaurant nos sentamos en una mesa junto al ventanal y esperamos a que llegara la mesera para ordenar. Mientras tanto conversamos un pco y preguntó por el caso que estaba en pie.

-Lo siento.- Dije tratando de sonar profesional.- Por ahora no puedo discutirlo.- La miré y extrañamente me estaba sonriendo de una manera muy peculiar, al instante siguiente, pasó algo que cambiaría el curso de nuestras vidas para siempre. Tomó mi mano.

Kaori.

jueves, 27 de febrero de 2014

Cartas a Irie # 1034

Cuando te sueño en sueños ligeros, te siento menos ausente siendo que estás lejos. Animas mis noches de sólo mirarte...

Sé mi atrapasueños. Librame de los tormentos.

Kaori.

domingo, 23 de febrero de 2014

Palabras al azar #2

Proyecto personal en el cuál pido por 10 palabras cada semana y con ellas armo una historia. Las palabras de ésta semana son:
1. Oso
2. Panda
3. Tigre Blanco
4. Fútbol
5. Gato
6. Bosque de coníferas
7. Irremediable
8. Endodermo
9. Pueril
10. Irredimible

Había una vez, hace algunos años en un BOSQUE DE CONÍFERAS muy hermoso, vivían toda clase de animales y me refiero a que toda clase de animales. 

Este relato no es ni impactante ni mucho menos, es solo un relato cualquiera. 

Nuestra historia comienza cuando se celebraría el decimotercer torneo de FÚTBOL en el bosque, reuniendo a los equipos más hábiles. Los animales se olvidaban de su posición en la jerarquía alimenticia y trabajaban en equipo para ganar el preciado trofeo: "El bastón humano", dicho bastón era una reliquia y el sueño de cada miembro viviente del bosque de poder observar y resguardar en sus hogares por un tiempo.

Los equipos debían estar forzosamente conformados por mas de una especie, puesto que así lo decidió el consejo de los grandes sabios del bosque, ya que para las tortugas sería una enorme desventaja competir con los chitas y bueno, todos saben que los zorros son demasiado astutos, juntarlos a todos en un mismo equipo, ganarían con certeza y con engaños y triquiñuelas, así que acordaron armar los equipos interespecies.

Como era lógico, los líderes de la cadena, al principio protestaron y se unieron entre ellos, dejando a los más débiles a juntarse forzosamente. Al principio para el equipo de los "Grandes" todo marchó bien, hasta que se dieron cuenta que la competencia era mínima y los "Peques" comenzaron a utilizar su intelecto.

Era un conflicto PUERIL y fácil de resolver. Las primeras reuniones a entrenar fueron un verdadero problema, ya que los líderes terminaban muy hambrientos y querían devorar a sus compañeros a sus compañeros de equipo, la problemática debía resolverse antes de que el daño fuera IRREMEDIABLE. Se decidió pues que se prohibiría cazar en esos días y que mientras tanto se debería comerciar con los humanos por carne procesada.

El equipo campeón era el de los "Peludos" conformado por: el zorro Ted, el OSO Luigi, el venado Gale, el simio Juan, la tortuga Lenny y el chita Ramón. Habían sido campeones los 2 últimos torneos siendo que se acoplaban bastante bien y pensaban ganar éste también.

El segundo mejor equipo era el de los "Rudos" y estaba conformado por: el GATO Pancho, el león Pepe, la zarigüeya Simona, el gallo Claudio, la zorrita Julia (hija del zorro Ted) y el simio Joe.

Entre éstos dos equipos había una gran rivalidad no sólo por el torneo, si no porque habían ciertos conflictos persobales entre sus miembros.

Un ejemplo son los zorros Ted y Julia. El padre de la chica (Ted) no quería dejarla participar en los juegos por ser algo peligroso y ella argumentaba que era tan astuta como su madre como para salir ilesa. Desde que Julia ingresó con los "Rudos", la comunicación con su padre se volvió algo complicada.

Otro ejemplo es el del venado Gale y el león Pepe, quien devoró a su hermana en una cacería por ser la más pequeña. La rivalidad entre éstos dos siempre fue muy fuerte (por eso de la cadena alimenticia) sin embargo desde que se hicieron los torneos Gale se ha encargado de vencer a Pepe siempre que pueda.

Los errores en el mundo animal son IRREDIMIBLES y los rencores suelen ser duraderos, mas hay veces que deciden perdonar y ayudan al otro aunque puedan morir en el intento.

Llegando el torneo, fueron seleccionados como árbitros el PANDA Luis y el TIGRE BLANCO José, quienes regularían cualquier anormalidad.

Se puede decir que el fútbol animal es muy parecido al que juegan los humanos y sólo algunas cosas cambian, por ejemplo:

Se considera falta cualquier mordida o arañazo a cualquier miembro del torneo.
Es causa de expulsión si algún integrante devora completa o parcialmente a otro.
No se permite la inscripción de creaturas del agua por su propia seguridad. Entre otras.

Hubo una lesionada, Julia, no sin antes dar el mejor partido que se había presenciado por parte de los zorros. Su padre se olvidó de los problemas y corriendo la llevó con los humanos para que la curaran.

Quedaron empatados y el ganador se decidiría la siguiente semana.

Julia no era el único problema en el hospital, estaban también algunos otros lesionados y la desconsolada Petra, que era una perrita que había perdido sus cachorros antes de que nacieran por un problema en la formación del ENDODERMO. La pobre no entendía nada de lo que el dr. le decía.

Así pues pasó la semana y Julia no pudo jugar. Los ganadores en esa ocasión fueron los "Rudos" pero aún quedaban muchos partidos por jugar. Al final las fuertes tormentas tuvieron que cancelar el torneo hasta el siguiente año y "el bastón humano" pasó 1 mes en cada una de las 12 casas del bosque en recompenza.

Kaori.

sábado, 15 de febrero de 2014

Palabras al azar #1

Proyecto personal en el cuál pido por 10 palabras cada semana y con ellas armo una historia. Las palabras de ésta semana son:

Baile
Huipil
Cerezo
Plumaria
Misántropo
Tertulia
Prostagrandína
Xantomas
Ingenio

Era una mañana de verano muy soleada, se alcanzaba a escuchar el trinar de las aves. Ahí en la comunidad donde un día viví, las cosas de la naturaleza eran muy normales. Nunca voy a olvidar esos días.

Estaba sentada bajo el CEREZO del jardín tomando una de mis siestas a vigía, que era como yo les llamaba, puedto que no caía en la inconciencia.

Ese árbol era mi favorito, no sólo porque era el único cerezo que había en esos días en aquél pueblo perdido, sino porque yo lo ví crecer, así como él me vió a mí. Lo planté con mi abuelo cuando yo tenía 5 años, ahora que ha fallecido, cuando tengo esa necesidad de llorar su ausencia, aún ahora, me recuesto bajo su sombra y siento como me protege.

Aquél día, como ya dije, hacía una mañana soleada, con alguna que otra nube traviesa paseandose por el ontenso cielo azul. El cerezo dejaba colarse uno que otro rayito de luz solar. Llegó Sofía.

- ¿Otra vez desperciciando el tiempo aquí? - Me miró cpn esa característica cara de recelo que pone cuando se quiere hacer la que controla todo a su paso.
- Es mi lugar favorito para estar.- Le dije mirándola molesta y volviendo a la posición que tenía antes de su interrupción. Llevaba un vestido muy hermoso, típico de la región, hecho por las mejores manos del pueblo y adornado con los bordados mas bonítos que, hasta ese día había visto.

Llevaba también el cabello recogido en una hermosa trenza y un listón a juego con su vestido, y unas sandalias. Todo eso hacía que Sofía se viera muy hermosa, era una chica alta para su edad, precoz y presumida, la más rica del pueblo; aunque papá siempre dijo que era la de corazón pobre.

- Pobre chica.- decía lamentandose.- El dinero la está pudriendo.

A mi siempre me pareció una niña muy agradable y digna de admirar, ella era; en su momento, todo lo que yo quería ser, adinerada, popular y bella. A pesar de todo Sofía siempre me trató como se le trata a una hermana y gustaba de comprarme todo tipo de golosinas en el mercado del pueblo.

- Mmmmh! - Suspiró con aire de desagrado.- Algo tendremos que hacer contigo, ¿Qué será?- Ahora su mirada era la de alguien pícaro y seguro que tramaba algo, la conocía muy bien.
- ¡Lo tengo! Iremos al BAILE del pueblo esta tarde, la fiesta se pondrá muy buena, y habrá piñata. Ni se te ocurra negarte, porque voy corriendo con tu Santa madre y de todos modos vendrás, ya sabes que siempre me dice que sí.-Su amenaza iba muy en serio. 

Para esas fechas yo tenía unos 15 años y cada vez que el pueblo hacía una fiesta, Sofía se empeñaba en comprarme ropa nueva para la ocación.

- Eres mi mejor amiga.- Decía siempre.- No voy a permitir que vistas mal en una fiesta. Ese día compró un HUIPIL de gala.

Estaba hermosamente adornado cpn bordados y cuentas diversas, hechas; como au vestido, por las mejores artesanas del pueblo, era sin duda una pieza de arte, que narraba la historia de amor entre una diosa y un mortal. Compró también unas sandalias a juego.

Me molestaba un poco tanto regalo y no poder pagarle.- Con tu amistad pagas un millón de huipiles de gala.- Decía siempre  con una sonrisa satisfactoria en el rostro. A mi parecer, las golosinas estaban mas que bien, pero el vestido siempre me pareció demasiado.

Bajamos al pueblo desde temprano para contemplar los preparativos de la "gran fiesta", como algunos le decían.

Era hermoso pasearse por ahí mientras todos se movían atareados adornando sus locales y respectivas casas. Siempre se llenaba de diversos colores y caras amables. Todo quedaba olvidado en esas fechas, era algo así con la Navidad en la "gran ciudad". Si había cualquier riña, ese día quedaba olvidada, era una traición que, a mi parecer, mantenía la paz y armonía del lugar y todos sonreían.

Nos gustaba correr por las abarrotadas calles observando toda clase de chuchería y toda clase de guisados. Yo era de esas que se paraban en cada establecimiento a observar con detalle, a disfrutar con mis 5 sentidos del festival. Olía la comida, las rosas y múltiples flores que se vendían para cortejar a las damas. Sentía las telas y me encantaba sumergir mi mano en las canastas de semillas; me imaginaba que así debía sentirse la seda fina. Escuchaba el son de los tambores y los bailes, los cánticos que se celebraban y las bellas voces a coro. De mis cosas favoritas era mirar, pero sobre todo mirar como armaban los ornamentos de PLUMARIA, los penachos extravagantes eran los mejores.

El INGENIO de cada artesano era increíble era increíble en lo que hacía y cada quien tenía una tarea específica.

- ¿Verdad que está quedando muy hermoso todo?- Dijo Sofía mientras engullía descaradamente un algodón de azúcar color rosa.

- La verdad es que siempre es muy hermoso y todos se esmeran en lo que hacen, hasta Pablo que nunca le echa ganas a la escuela.- Yo siempre fui muy estudiosa, pues me gustaba saber cuanto pudiera del mundo y más allá, aún conservo el hábito.

- Vamos.- Y tomó mi mano y me llevó a un puesto de comida.

- Buenas tardes Doña Simona, ¿Qué es eso que huele tan delicioso?- Saboreaba el olor de aquél platillo como si de solo olerlo pudiera devorarlo.

- Es el zacahuil de éste año Mariana ¿Quieres un poco?
- Por supuesto, muero de hambre.

En el centro, había una gran TERTULIA reuinida para que todos se pusieran al día con las actividades del otro.

Todos se encontraban en una gran algarabía, inclusive se le podía ver al señor Mena, cuya característica más visible era su MISANTROPÍA incurable.

Al llegar la noche, comenzaron los bailes y las canciones y todos comían como si fuera la última vez que probaran bocado. Me senté en una mesa con Sofía, alejandome un poco de todo el alboroto, mis padres bailaban y conversaban alegremente y mi hermana Margarita coqueteaba con Carlos su novio. Los miré con un poco de envidia.

Mientras observaba a las parejas con algo de aprehensión, apareció René, como si mis pensamientos lo hubieran llamado. Sonrojé y lo miré cohibida.

- ¡Hola Mariana! No te había visto, por un segundo llegué a creer que no vendrías.- Dijo muy animado y con una sonrisa dibujada en el rostro.
- Sofía me ha obligado a venir y no te he tenido de otra, sin embargo se lo agradezco, me la he pasado de maravilla.- Evitaba mirarlo a los ojos puesto que si lo hacía descubriría todo aquello que estaba pensando.
- Ese huipil esta precioso Mariana.- Me miraba tan fijamente, que por un instante chocaron nuestras miradas.
- Muchas gracias René me lo ha prestado Sofía, junto con estas sandalias.- Me miró molesta y se marchó dejandonos solos, la odié por eso.
- ¿Tú qué opinas de la fiesta? A mi la versad me ha alegrado mucho.- Dije con la cara mirando a mis sandalias.
- ¡Que está SUPERCALIFRAGILISTICOESPIALIDOSO! Me encanta, igual que tú.- Levanté la mirada muy sorprendida y sentía como ardía mi rostro.
- Tu y tus referencias a Mary Poppins.- René era fanático de las películas de Disney, el único problema que tenía que ir a la capital y no era muy barato, ahorraba todo el año y visitaba la capital una vez al año.

La verdad era que yo siempre tuve deseos de visitar la ciudad y nunca me atreví hasta ese momento de pedirle a René que me llevara a uno de sus viajes, sin embargo ese día cambió todo.

- ¿René, había algún problema si pudiera visitar contigo la capital la siguiente vez que vayas?
- ¡Claro que no! Siempre he buscado a alguien que me acompañe, conocerás muchísimos lugares bonitos.
- Vendrá mi madre con nosotros por supuesto, no quiero que se preste a malos entendidos. Avísame cuando vayas.
- Perfecto.- Dijo emocionado, y mirandome fijamente a los ojos, con un briillo muy especial y una sonrisa muy hermosa, me quedé contemplandolo anonadada.- ¿No quieres bailar?- Me dijo.

Unos meses después de que fuera el festival, estaba de nuevo bajo el cerezo pegando unos botones en una blusa, cuando llegó René vestido de manera muy ajena al pueblo, no conocía mucho aquello, eran unos pantalones de mezclilla y una playera de marca.

- Iremos hoy a la capital, ¿Crees que tu madre pueda? El camión llega como a las 3 y llegaríamos como 2 horas después, nos quedaríamos en casa de una tía.
- Me parece perfecto, nos vemos en el centro a las 2:30.- Se fue.

La visita a la ciudad, fue sin más, enriquecedora y un punto de desición en mi vida, debía salir de mi querido pueblo y vivir en la ciudad y desde ese día esa fue mi obsesión, tenía 15 años y ya tenía un sueño. Pasamos a la universidad y fue entonces que elegí estudiar una carrera y mejorar lo más que pudiera en mis clases.

Ese día fuimos la mamá de René, mi madre, René y yo. Ellas fueron a comprar  algunos recuerditos y mandados para la gente del pueblo y a pasear por ahí, dejandonos solos un momento.

- ¿Quieres un helado?- Me dijo René algo nervioso.
- Claro, me gustaría uno de chocolate por favor.

Estuvimos toda la tarde juntos y fue uno de los mejores días que había tenido en mi vida. Me tomó la mano y besó mi mejilla. Desde ese momento empezamos nuestra historia.

René era un muchacho muy apuesto, era delgado, moreno, alto, de ojos oscuros, cabello cartaño y quebrado.

Duramos 7 años y nos casamos, pero esa es otra historia. Lo importante aquí es el impacto que la capital causó en mí.

Ese día regresé con René a la universidad y preguntamos por las carreras y me interesaron las biológicas, medicina, nutrición, todo era muy tentador. Al pasar los años me decidí por la medicina, por la decadencia de eso en mi pueblo.

En mi carrera fui la primera de mi querido pueblo olvidado, en graduarse de la carrera de medicina (en realidad de la carrera en general) y me enorgullece saber que así, pueblerina como era, fui la inspiracion para muchos más y he sido muy exitosa.

Mi primer dificultad como médico fue un caso de XANTOMAS, se complicó mucho, sin embargo se logró curar al paciente y todo salió bien.

El segundo caso que más se me ha complicado es el de una mujer con un déficit de PROSTAGLANDINA, pero al final todo salió adelante.

A pesar de todo, siempre he amado lo que hago, y nunca olvidé mi origen tan "humilde" y lo mucho que me costó llegar hasta donde me encuentro.

Cada año regreso a mi pueblo el día de la "gran fiesta" a René y mis hijos les encanta regresar y que les cuente la historia que ahora leen.

Kaori.